Más de 5 mil estatales nos movilizamos a Plaza de Mayo, en el marco del paro nacional de ATE votado en último plenario federal. Esta acción, sin dudas, es la movilización más importante desde la asunción del gobierno de Milei.

Se da, por supuesto, en la misma semana en la que se produjeron las 15 mil cesantías, y luego de todas las acciones de lucha realizadas el pasado miércoles en las dependencias nacionales tanto de Capital como en las delegaciones del interior del país.

En muchos sectores hubo una tendencia a movilizar: hubo importantes columnas del Ministerio de Salud, Cultura, Trabajo, Economía, Conicet y Enacom. La dirección de ATE había rechazado que la convocatoria fuera abiertamente a Plaza de Mayo, aunque en los hechos terminó siendo allí, frente al bloqueo policial que rodeó el Ministerio de Economía.

A la movilización la recibió un operativo policial espectacular, que intentó aplicar el protocolo de Bullrich, el cual fracasó de nuevo: se produjeron choques y empujones sobre Diagonal Sur donde concentró ATE Nacional, pero finalmente se abrió paso sobre Hipólito Yrigoyen y el tránsito se cortó completamente durante el acto.

División por arriba, sin plan de lucha

La dirigencia de ATE evitó deliberadamente que el paro nacional fuera en serio: en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, rechazaron que se movilicen afiliados de base. Todo, para no perturbar a Kicillof, en detrimento de la unidad de estatales para derrotar los despidos y el ajuste.

Las idas y vueltas de las conducciones de ATE Nacional y Capital desorganizaron la propia convocatoria: cambiando el horario primero, y luego un acto exprés que impidió a varios organismos llegar antes de la finalización.

La línea sectaria de las agrupaciones Verde y Verde y Blanca, con cantos peronistas, fue advertida por el propio Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, quien señaló que “hay muchos compañeros que no son peronistas en los sectores y que están resistiendo”. Por supuesto, además de la izquierda, en la movilización había una importante cantidad de trabajadores que no se identifican con el peronismo.

En los discursos, la continuidad del plan de lucha estuvo ausente. El llamado a movilizar a las oficinas de Techint es la nueva consigna para eludir el debate por la responsabilidad que hoy tienen la CGT (que se niega a convocar un nuevo paro general mientras acepta debatir la reforma laboral) y los gobernadores en su colaboración con el Gobierno hacia el pacto de mayo.

Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional, lanzó como propuesta “una asamblea de afiliados (de ATE) para movilizar el 25 de mayo”. Es una tergiversación del planteo que viene agitando el activismo: una gran asamblea nacional de estatales para votar un plan de lucha ahora que arrecian los despidos.

Unidad por abajo

El punto es unir a todos los estatales, en cada repartición, sean despedidos o no, sean contratados o de planta, sean de ATE o UPCN para poner en pie de lucha a todo el Estado y derrotar esta masacre.

Esta es la perspectiva que impulsamos para todo el gremio, lo cual debe expresarse en una asamblea general sin distinción de afiliación para votar un plan de lucha, mientras enfrentamos los despidos con la acción directa: asambleas, paros, movilizaciones y permanencias.

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