La situación del Ingenio San Pablo sigue sin solucionarse. El personal permanente concurre al trabajo, pero el alistamiento de la fábrica para la próxima zafra y el funcionamiento de la destilería siguen paralizadas.

Los trabajadores hasta el momento cobran sus salarios como resultado de la venta de azúcar y los alcoholes acumulados en la fábrica. Pero la patronal ha informado que la venta de éstos solo alcanzaría a cubrir los pagos del mes de marzo. En esa misma medida la inquietud obrera ha ido creciendo. El 28 de febrero se realizó una gran marcha a la Plaza de la Independencia. La promesa del gobierno de que el ingenio iba a moler paralizó la movilización.

Con el paso de los días, se ha vuelto a crear un clima de efervescencia. En la fábrica se formó un cuerpo de delegado por sección, que ha obligado a la dirección del sindicato a mantener informado al personal de todas las negociaciones. En una asamblea general, el secretario general del sindicato intentó atacar la labor del nuevo cuerpo de delegados, pero éstos con el apoyo de los trabajadores presentes, no sólo defendieron la labor que estaban efectuando, sino que denunciaron la parálisis a la cual se estaba condenando a los trabajadores, esperando que la promesa del gobierno se concrete. En ese sentido arrancaron el compromiso de que si para la próxima semana no hay una solución que asegure la zafra de este año, se debía retomar la movilización.