Sindicales

11/9/1997|556

Intervención clasista en Congreso ‘festivo’

El marco festivo y vacacional en que sesionó el Congreso anual de Fatsa (Sanidad) en la cordobesa ciudad de La Falda —actuaron Leonardo Favio, Nito Artaza, Mario Sánchez y el grupo Sombras— contrasta brutalmente con la desesperante situación de los trabajadores de la sanidad, que todos los días sufren despidos, suspensiones, persecuciones y cierres truchos.


En medio de este gran show —pagado con los aportes de los afiliados— los congresales rentados festejaron la reelección de West Ocampo hasta el 2001 y ratificaron solemnemente el ‘papel higiénico’ del acta CGT-gobierno.


Después de un ‘ablande’ visual –un video con una pormenorizada historia de Fatsa– habló West Ocampo. El burócrata tuvo el caradurismo de insinuar que combate la precarización laboral (¡con la firma del acta CGT-gobierno!) y que defiende las obras sociales (¡en el marco del plan del Banco Mundial y de la ofensiva privatizadora!). Una truchada completa.


Las corrientes antiburocráticas presentes en el Congeso fueron tres: el Pc, el Mst y el PO.


El Pc asistió atomizado. Estuvo representado por un congresal de Santa Fe –que denunció la flexibilización pero que no realizó ninguna moción concreta. En cuanto a sus congresales por la Capital, una repentina ‘epidemia’ de ‘malestares estomacales’ y ‘dolores de cabeza’ sirvió de excusa para quedarse en Buenos Aires.


El Mst también denunció la flexibilización y el acta CGT-gobierno, pero tampoco presentó ninguna moción. La única que hubo fue la de la congresal del PO, que planteó rechazar ese acta antiobrera y la “memoria y balance” (porque nos fue entregada al subir al micro hacia La Falda) y convocar en 30 días a un nuevo Congreso, previa discusión en asambleas de establecimiento. El Mst votó el rechazo del acta pero escondió la mano a la hora de votar contra la “memoria y balance” y por la convocatoria de un nuevo congreso. En síntesis, el Mst votó la mitad del ‘rollo de papel higiénico’ de Daer-West Ocampo.


Fuimos así, los únicos que planteamos una moción de oposición frontal a la burocracia. Denunciamos, también, la persecución gremial y política que sufren los Cuerpos de Delegados antiburocráticos, como el del Centro Gallego. En un punto muy alto de intervención política revolucionaria en esa cueva de burócratas, la congresal del PO defendió los cortes de ruta, a los fogoneros y a todas las medidas de acción directa que West Ocampo había atacado poco antes: el sindicato, dijo nuestra compañera, no debe atacar a los desocupados, que luchan por sobrevivir, sino al gobierno que les manda la gendarmería para reprimirlos.


Repercusión


En una votación amañada, en la que no se contabilizaron las abstenciones, la moción presentada por la congresal del PO obtuvo siete votos. Más allá de la votación, su intervención despertó numerosas muestras de simpatía entre congresales de Santa Fe, Córdoba, La Plata, Mendoza y Salta. Otro dato a tener en cuenta es que muchos congresales abandonaron la sala de deliberaciones para no votar por la lista única de West Ocampo.