Como informamos en PO N° 659, el gobierno intervino la Conadu urgido por frenar el ascendente movimiento de los docentes de los colegios preuniversitarios de todo el país. A los profesores secundarios se les niega un aumento miserable de 60 pesos, equivalente al ‘incentivo’ docente, lo que ha provocado un plan escalonado de paros, cada vez más masivo.

La Intervención puso al frente del sindicato a un funcionario que asesora al Consejo de Rectores. Los elementos aliancistas del propio gremio, en algunas asociaciones del interior del país, acaban de delatarse públicamente denunciando a la Conadu intervenida “por desgastar a los secundarios con un conflicto que est  en vías de solución”, con “una ley a ser tratada en el Parlamento” (Página 12, 30/3). ­Pero es contra las dilaciones y los vuelteos parlamentarios que los docentes reclaman el pago del aumento que les deben!

En el último plenario de colegios preuniversitarios, mientras se votaba la continuidad de los paros, se leyó una nota de idéntico tenor, llamando a levantar las medidas de lucha pero firmada en este caso por el secretario general de la Asociación de Docentes de Córdoba, un hombre de Izquierda Unida, militante del Mst, conocido en todo el gremio como el ‘Gato’.

¿Sorpresa? De ningún modo. La colaboración de IU con los aliancistas interventores ya lleva un año y medio, desde que promovieron la división de la Conadu en su Congreso de fines del ’98. En esa ocasión trataron de imponerse mediante un escandaloso fraude de miles de fichas de afiliados logradas con el aval de los rectorados afines a la Alianza, en particular en la UBA, donde montaron un sindicato amarillo.

¿Quiénes apoyaron este acto delictivo? El mentado ‘Gato’ y, para completarla, María Teresa Basilio, secretaria general de la Asociación Docente de Luján y, entonces, miembro de la Comisión de Poderes del Congreso, la que siempre se negó a entregar la documentación de las fichas truchas a los legítimos representantes sindicales de la Universidad de Buenos Aires. Basilio es una notoria dirigente universitaria del PC y de Izquierda Unida.

No satisfechos con esta fechoría, los dirigentes de Izquierda Unida universitaria montaron un Congreso minoritario con los aliancistas y parieron una ‘Conadu’ oficial, reconociendo al sindicato amarillo de la UBA, de la cual salieron ahora dos de sus dirigentes para integrar altos puestos en los Ministerios de Educación y Trabajo, respectivamente.

¿Es necesario algo más para retratar, más que una trayectoria, un verdadero prontuario político? Fuera la intervención patronal y aliancista en la Conadu. Desenmascaremos a sus cómplices de ‘izquierda’.