Sindicales

27/6/2023|1671

Jujuy: el movimiento docente puede ir por más

Es necesaria la unificación de toda la docencia sin distinción de niveles.

Marcha de antorchas.

A esta altura, la docencia jujeña ha escrito páginas importantes de nuestra rica historia de lucha con una de las huelgas que hizo tambalear al poder político de la provincia y marcó a fuego a todo el país.

Luego de tres semanas de huelga le arrancaron una propuesta salarial al gobierno que alcanza $62 mil el básico y $200 mil de bolsillo en una paritaria corta hasta el 12 de julio. La docencia de media y superior, organizada en el Cedems, aceptó esta propuesta en una asamblea de 500 profesores/as, mientras que el congreso de Adep votó rechazarla y continuar el paro por tiempo indeterminado.

Antes de analizar cómo seguimos, veamos cómo llegamos hasta acá…

Un balance hasta hoy

En los últimos 5 años, Gerardo Morales había logrado imponer paritarias a la baja a los docentes sin grandes respuestas, producto de la colaboración de la anterior conducción de Montero en el Cedems con el gobernador, y la pasividad de la conducción actual de Adep-Ctera. Este ajuste del gobierno hundió el salario básico dejándolo en apenas $34 mil y $3500 la hora cátedra hasta mayo de este año. A su vez, Morales impuso otros ataques a la educación como una Junta de clasificación con menos participación del docente, sumado a la pandemia que dejó el récord de docentes fallecidos y condiciones de trabajo denigrantes, sobre todo en los colegas del interior.

Esta mochila de años de ajuste y maltrato del gobierno explotó en mayo, contagiada por la rebelión docente de Salta. La recuperación del Cedems, sacando a Montero del sindicato en una lucha antiburocrática de más de un año, le dio un aire fresco al movimiento obrero jujeño y pavimentó un canal de organización para la docencia que antes no encontraba.

Solo hizo falta un paro de 24 h arrancado por la base combativa de Adep a la conducción e impulsado por el nuevo Cedems para que prendiera la mecha de la docencia jujeña que, luego de ese primer paro masivo con una importante movilización, votó el paro por tiempo indeterminado.

A partir de ahí la fuerza docente fue arrolladora, sumando a los privados de Sadop, obligando al gobierno a recibirlos a todos los gremios docentes juntos, contagiando al resto de los sindicatos estatales y siendo el motor de una rebelión popular contra la reforma constitucional reaccionaria que levantó la consigna “arriba los salarios, abajo la reforma”, y que derivó en los cortes de ruta de las comunidades originarias y el movimiento piquetero, y en la conformación de la intergremial.

Las tres semanas de rebelión popular y puebladas en toda la provincia ha dejado a Morales y su reforma herida de muerte y desprestigiado por gran parte de la población que hasta pide su renuncia. Los paros generales, los cortes permanentes, las feroces represiones de Purmamarca y la Legislatura, derrotados por la movilización popular, mostraron la nueva relación de fuerzas que existe en Jujuy en favor de los trabajadores y con un gobierno arrinconado.

Esta nueva situación hizo que Morales intente desactivar la rebelión popular, primero retrotrayendo artículos de la reforma y luego convocando a paritarias a los docentes con una oferta muy superior a la que había propuesto al principio del conflicto.

Lógicamente el gobernador intentó todo tipo de maniobras y presiones para desgastar la lucha docente con amenazas de descuentos de paro y con ataques macartistas contra el Cedems, pero aún así no ha podido sacarlos de la calle, a pesar de un desgaste inevitable.

Estas presiones fueron canalizadas por la intergremial que desde su creación no fue un impulso a la lucha contra el gobierno, sino un ahogo al aire fresco de la masividad docente con el fin de conseguir mejores condiciones de negociación para cada gremio. La conducción del Cedems entró en esta disyuntiva: aferrarse a la oferta del gobierno y defender la institucionalidad del sindicato, en línea con la Integremial, o apoyarse en la unidad con los sectores en lucha y la base que todavía mostraba fuerzas para seguir.

La posición de Tribuna Docente era realizar una contrapropuesta que pueda arrancar una mejora al básico y otros ítems que pasen en blanco, y de esta manera pasarle la pelota al gobierno que deba aceptar o rechazar, y por supuesto sostener la medida hasta esa respuesta. En Adep, la combatividad de la base, sobre todo en el interior, reflejó la fuerza para continuar por un mayor aumento que impacte en la escala salarial y también rechazando la reforma que avanza contra el estatuto docente y la educación pública.

La continuidad de Adep y un gran sector de la base del Cedems, que promueve continuar la lucha, le da la oportunidad de rever a la conducción del Cedems su posición en la asamblea del sábado que se aprobó en una votación muy reñida. Es necesaria una nueva asamblea que incluya a todo el interior y pueda sumarse nuevamente a la pelea junto a primaria, también proponiendo la unidad de toda la docencia con un asamblea unificada de Adep y Cedems.

El movimiento docente con las permanentes movilizaciones, ahora las tomas de colegios en Abra Pampa, sumado al movimiento piquetero y los pueblos originarios muestran una potencialidad para derrotar a Morales y tirar abajo la reforma con incluso mejores conquistas salariales. Las conducciones deben desplegar toda esa potencialidad con iniciativas de lucha que permitan avanzar al movimiento.

Un encuentro provincial de trabajadores ocupados, desocupados y las comunidades originarias podría ser el puntapié de un plan de lucha para que caiga la reforma y el gobierno represor. Este gobierno ha demostrado ser incompatible con las aspiraciones del pueblo jujeño y todavía hay fuerza para seguirla.

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