La docencia de Jujuy ha dejado grandes lecciones en los últimos meses sobre cómo quebrar el ajuste de los gobiernos y defender las condiciones de vida de los trabajadores. En todo el país se tomó como ejemplo la lucha docente de Jujuy y se realizaron paros y grandes movilizaciones en solidaridad. También la lucha docente ha generado un apoyo popular en la provincia –apoyo que perdió Morales–; hubo marchas multitudinarias que unieron fuerzas y fueron capaces de hacer retroceder a Morales y sus socios del PJ. La clave estuvo en la intervención masiva de la docencia. Las bases de inicial y primaria han desbordado a Adep, votando en sus asambleas y congresos el paro por tiempo indeterminado. A esto se le sumó el nuevo Cedems, que le dio un aire fresco al movimiento obrero jujeño impulsando la lucha por salario, pero también contra la reforma reaccionaria de Morales.

La lucha dejó como resultado una recuperación salarial muy importante, llevó a $200 mil el cargo de un maestro que recién se inicia o para aquel profesor que tiene 15 hs, superando los miserables $165 mil que pone el gobierno nacional. Esto, luego de años de paritarias a la baja producto de la entrega de la burocracia de Adep/Ctera y la anterior conducción barrida en el Cedems. Sabemos que este aumento no alcanza, pero todo lo que se consiguió fue con la lucha docente. Gerardo Morales había construido su fortaleza sobre la base de imponerles una derrota salarial a los trabajadores; con la rebelión jujeña la relación de fuerzas cambió y el gobernador terminó siendo el gran derrotado en las Paso del 13 de agosto.

Sin embargo, esta victoria de la docencia es parcial. El FMI aumentó sus exigencias al gobierno nacional: devaluación del peso, planchar salarios y jubilaciones y recortar en el gasto social. Un día después de las Paso, Massa cumplió con lo primero; ejecutó una devaluación del 22% que golpeó nuestro bolsillo y los bonos anunciados para paliar su impacto al final no los paga nadie –por supuesto tampoco Morales.

Al mismo tiempo, la conquista salarial se ve afectada por los brutales descuentos de Gerardo Morales, con los que ataca el derecho a huelga y busca desarticular la participación docente en los paros para imponer nuevamente paritarias a la baja. La división del gremio docente en sindicatos por niveles favorece las maniobras divisionistas del gobierno.

Unamos a la docencia para enfrentar el ajuste de Massa y el avance de Milei

La defensa del salario y el estatuto docente, la lucha contra la reforma reaccionaria y el ajuste en la educación necesitan de un gremio docente unido sin distinción de niveles, cargos u estabilidad laboral. La responsabilidad de que no haya una docencia unida es de la burocracia sindical cómplice de los gobiernos que siempre prioriza la defensa corporativa de los sindicatos en función de sus intereses de camarilla y no del interés general de la docencia y los trabajadores.

Esa división es la que habilita las diferencias salariales entre los profesores de especialidades, los cargos sin estabilidad laboral, el ataque a las juntas de clasificación y el vaciamiento educativo más general. Es el caso de los docentes especiales (música), que cobran mucho menos que los maestros de grado; o tenemos el caso de los profesores del nivel privado, que no cobran el mismo monto por las mismas horas trabajadas en el sector público; y así podemos continuar con la enorme división que existe.

La crisis educativa, producto del ajuste de los sucesivos gobiernos, es lo que le abre la puerta a los discursos privatistas de Javier Milei, que ha calado en un gran sector de la población e incluso de la docencia que luchó contra Morales. El sistema de vouchers que propone Milei significa la destrucción definitiva de la educación pública; pero si esto cala en un sector es porque hoy la educación pública ya está desfinanciada y vaciada. Para defender la educación del avance de Milei tenemos que enfrentar hoy el ajuste de Massa y los gobernadores. Es necesario que las centrales obreras, la CGT, la CTA y Ctera rompan con el gobierno y convoquen a un paro nacional por el salario y todos los reclamos obreros.

En Jujuy debemos impulsar la deliberación unificada de la docencia; en asambleas unitarias convocadas por el activismo de Adep y la conducción antiburocrática del Cedems, para discutir esta nueva etapa a la que ingresamos tanto en la provincia como a nivel general. Por el cobro del bono nacional, por el rechazo a los descuentos, por la reapertura de paritarias y aumentos atados a la inflación, la lucha es ahora. La participación en la jornada nacional del 6 de septiembre, junto a todos los sindicatos docentes antiburocráticos y combativos del país, sería un paso adelante en esta perspectiva.

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