Según se anunció la semana pasada en el Boletín Oficial, la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (CNTCP) debía realizar un “análisis de la evolución de las remuneraciones mínimas” de las trabajadoras de casas particulares. Luego del aumento del salario mínimo vital y móvil, las mismas quedaron por detrás del mismo al estar nucleadas en un régimen aparte. Sin embargo, la reunión de la CNTCP concluyó pasando a cuarto intermedio sin resolver absolutamente nada. Una nueva burla de aquellos que son responsables de los salarios de hambre y las condiciones de superexplotaxión en las que se encuentran las empleadas del servicio doméstico y las cuidadoras de nuestro país.

En las puertas del Ministerio de Trabajo distintas trabajadoras del rubro compartieron sus experiencias trabajando en casas de familia, sufriendo todo tipo de maltratos y abusos por parte de los patrones, miseria salarial, despidos, precariedad por no estar registradas así como también discriminación a las extranjeras.

Denunciaron al gobierno y al Ministerio de Trabajo por sumergirlas en el hambre, así como también al Ministerio de Mujeres que abandona a su suerte a un millón y medio de trabajadoras en esta situación. Además, explicaron que el “Plan Registradas” que anunció el gobierno se trata de un subsidio a los empleadores, y no cambia de ninguna manera la situación de miseria salarial e informalidad que atraviesa el gremio.

La conclusión compartida por todas es la importancia de la organización de las trabajadoras de casas particulares para conocer sus derechos laborales, dar la pelea de forma colectiva para hacerlos cumplir y luchar por un salario digno, que hoy se resume en el reclamo del adelantamiento de las cuotas y un aumento salarial de emergencia del 100% que vienen llevando adelante.

La Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares tiene mayoría de representantes del Ministerio de Trabajo. En esta comisión, la parte trabajadora se encuentra “representada” por la Unión del Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP) y gremios regionales, que junto al gobierno y las asociaciones patronales negociaron una y otra vez salarios de indigencia; utilizando como techo el salario mínimo vital y móvil.

El sector de trabajadoras del servicio doméstico y cuidadoras sufrió el impacto de la crisis con despidos masivos y un mayor impacto inflacionario, al tratarse de un sector que fundamentalmente compra alimentos. Por ello es que las trabajadoras vienen organizándose de forma independiente para poner en pie un sindicato propio que verdaderamente defienda sus derechos, por la registración, el aumento salarial de emergencia del 100%, el reconocimiento de la antigüedad retroactiva, la moratoria jubilatoria a cargo de los empleadores y el Estado para poder jubilarse sin aportes y todos sus reclamos.