Sindicales
8/5/2014|1313
La asamblea de Docentes Unidos depuró a los carneros
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El martes 29 se produjo la más grande movilización provincial. Fue la respuesta al apriete de la Justicia que sacó una cautelar que mandaba a los docentes a volver a clase, liquidando su derecho a huelga. Tampoco intimidó a la docencia la multa de casi un millón de pesos aplicada a ATE, Amet y Sadop, gremios que integraron la intergremial y convocaron a paro bajo la presión de los docentes de la asamblea.
Ese día, además, una gruesa columna de unos dos mil docentes, se desprendió de la columna principal y marchó 7 kilómetros para cortar el acceso a la ciudad en el peaje.
El sector de Sitepsa dirigido por Víctor Gamboa se lanzó alevosamente a levantar el paro por cuenta y orden del gobierno. Primero, tratando de validar una asamblea con un sector minoritario de docentes, mientras un número mayor permanecía en el corte del acceso a la ciudad y otros en las carpas de la plaza 9 de Julio.
Fracasó en este objetivo cuando cerca de 800 compañeros bajaron y se sumaron a la asamblea que, hasta ese momento, dominaba Gamboa y propusieron un cuarto intermedio para hacer una asamblea “de todos” 48 horas después. Al verse derrotado, Sitepsa se retiró con un par de centenares de docentes y anunció que levantaba el paro unilateralmente.
Gamboa está enrolado en la Ceterita de Micheli, fue el vocero de la asamblea auto-convocada entre 2005 y 2008, cuando su sector la declaró disuelta y e inicio los trámites para inscribir su Sitepsa, que ha sido un “cero a la izquierda” para la docencia y se limitó todos estos años a reclamar una silla en la mesa de las negociaciones de la intergremial. Gamboa fue siempre un ariete del Estado al interior de la asamblea.
Cuando se realizó la primera, en marzo de este año, quiso imponer que sea la asamblea “de Sitepsa”, es decir regimentada por su aparatito gremial, pero la moción fue rechazada, aprobándose que sea una asamblea de todos los docentes y todas las agrupaciones que se sometieran a sus decisiones.
Sólo así, contra las pretensiones de Gamboa, pudo avanzar esta lucha. Ahora, rompió con la asamblea simplemente porque no tiene condiciones para imponer las posiciones del gobierno en su seno.
Una gran reacción
en defensa de la unidad
En una histórica reacción de la docencia contra los carneros y en defensa de la asamblea y de su autonomía frente al Estado, 3.000 docentes se reunieron el viernes 2, expulsaron a Gamboa y su Sitepsa, ratificaron la huelga y la unidad. Se sucedieron asambleas en Rosario de Lerma, San Antonio de los Cobres, Chicoana y otros departamentos, que desplazaron a los punteros de Gamboa que oficiaban de delegados departamentales.
El gobierno, que había apostado todo al desbande de la asamblea, sufrió una derrota. Los ministros volvieron al discurso del inicio de la huelga “sólo seguirán de paro los docentes manipulados por el PO”, bravuconearon. El lunes 5, la huelga se mantuvo por encima del 80% en San Martín y en Orán, y arriba del 60% en la capital, aunque todo un operativo de medios anunciaba ese día la “normalización de las clases” en el inicio de la jornada. Una nueva derrota oficial.