La lista Azul y Blanca, un frente único de la oposición a la burocracia dirigido por la comisión interna de Siderca, denunció un fraude gigantesco en las elecciones de la seccional. Según la Lista, el fraude fue consumado por distintas vías: la burocracia no permitió que los obreros de Siderca pudiesen votar en el lugar de trabajo, llevando las urnas al sindicato; más de 1.000 afiliados que trabajan en esa planta fueron borrados del padrón electoral y el traslado de las urnas se hizo sin permitir el control por los fiscales de otras listas (la Azul y Blanca y la Rosa Azul, miguelista). De este modo, habrían sido cambiadas las urnas correspondientes a varios lugares de votación, agregando “más de 1.600 votos truchos, con sobre y padrones de votantes con firmas falsificadas”.

Según los datos computados por los fiscales de la Azul y Blanca, los votantes reales fueron aproximadamente 1.620 (46 %), de los cuales 955 votaron por la Azul y Blanca (54,7), 513 por la Rosa Azul (miguelista) y 252 por la Violeta (17%). Esta, orientada por Naldo Brunelli, fue la que se adjudicó el triunfo, convalidado por la Junta Electoral.

La Comisión Interna convocó a una asamblea general el último día de la elección en la puerta del sindicato, pero “la lista Violeta de Recúpero, que estaba en el local del sindicato con matones y barras bravas armadas, difundió un falso volante donde aparecía la Corriente Clasista y Combativa llamando a ir armado a tomar el sindicato. Hubo un activo que fue a la asamblea, pero la mayoría de los compañeros no fueron” (Pérez Gianni, de la Comisión Interna de Siderca y miembro de la Corriente Clasista y Combativa).

La Lista llama a “no reconocer a la Comisión Directiva fraudulenta de Recúpero, pedir la anulación de las elecciones, exigir una nueva elección y no permitir que los jerarcas corruptos sigan manejando los más de 380.000 pesos mensuales que ingresan al sindicato” (declaración de la Lista Azul y Blanca, 21/10).