Sindicales

10/11/2016|1436

La burocracia ejecuta una nueva reforma laboral


“Por primera vez en la historia de la Argentina, firmamos con el gremio un acta con metas de producción”. Eufórico, el presidente de YPF saludó el primer convenio atado a la productividad bajo el actual gobierno, firmado por la burocracia del sindicato petrolero de Neuquén, Río Negro y La Pampa, encabezada por Guillermo Pereyra, y la del Personal Jerárquico y Profesional del Petróleo de esas provincias y sus representaciones en Salta, Jujuy y Formosa. El convenio significa la mayor entrega de conquistas de todo orden desde los gobiernos de Menem (ver nota abajo), pero no es en absoluto un acto aislado. “En forma paralela, los gremios y las empresas están trabajando en un nuevo convenio para mejorar las condiciones en Vaca Muerta. Una fuente privada que participa en las discusiones sostuvo que es aún más favorable para la inversión privada” (La Nación, 2/11).


 


La firma del acuerdo abrió por ahora una brecha entre las burocracias sindicales petroleras. El secretario general del Sindicato de Chubut, Jorge Avila, que acaba de ganar la elección con el apoyo del gobernador Das Neves, denunció que el acuerdo supone un recorte del 30% del salario y que rechazarían uno similar.


 


De cualquier modo, lo que han firmado Pereyra y sus pares es sólo un capítulo de una ofensiva de conjunto que tiene el aval explícito del triunvirato de la CGT, que no ha dicho una palabra en el largo mes en que se cocinó este acuerdo.


 


El convenio suscripto rige para la explotación del petróleo no convencional, pero está en marcha un acuerdo de características similares para el petróleo convencional, que pretende integrar sindicatos de otras provincias.


 


No sólo la burocracia petrolera está negociando y convirtiéndose en ejecutora de la nueva reforma laboral. El propio gobierno informó que Smata, Luz y Fuerza y Marina Mercante están acordando cláusulas de productividad en sus convenios. Sobre el tenor de lo que se debate vale lo que se le pretende imponer a los trabajadores de la Marina Mercante: “hay que impulsar un sistema normativo que contemple salarios de nivel internacional”, hoy a la baja, y una modalidad que debe ser “por contrato” porque “no es cierto que con ellos, los trabajadores estén precarizados”, afirmó el presidente de la Federación de Empresas Navieras Argentinas (El Cronista, 28/9).


 


Entre los siete proyectos de ley que el gobierno considera de absoluta urgencia para ser aprobados este año, dos son parte de esta reforma laboral: el nuevo régimen de ART, que avanza aún más en la demolición de la protección del trabajador, luego de la siniestra reforma de CFK1, y la propuesta de primer empleo.


 


El proyecto de primer empleo, en acelerada negociación entre el gobierno y el Frente Renovador, exime a los empleadores de pagar cargas patronales por dos años a cambio de contratar jóvenes en su primer empleo. Es la exhumación de una normativa menemista, que fracasó de principio a fin en lograr empleo y que impulsa los despidos directos o encubiertos -“retiros voluntarios”- de los trabajadores antiguos.


 


Fuera la reforma laboral


 


Antes de la firma del acuerdo petrolero de Neuquén, los trabajadores de El Tabacal, luego de una gran huelga, derrotaron el intento de imponerles un convenio de productividad. Frente al aumento de las condiciones de explotación de los trabajadores del ingenio, plantearon que aceptaban el cuarto turno propuesto por la patronal sólo a condición de tener un aumento de salario que hiciera que su ingreso no fuese afectado.


 


Todo el movimiento obrero en lucha debe ponerse en estado de asamblea frente a la ofensiva en marcha.


 


La agenda de lucha del movimiento obrero debe sumar la derogación de los convenios de la “productividad” y de la reforma laboral que se está desenvolviendo a espaldas de los trabajadores. Una agenda que es inescindible de la ocupación de los lugares de trabajo frente a los despidos, del reparto de las horas de trabajo, de la abolición del impuesto a las ganancias sobre el salario y del bono extraordinario de fin de año para compensar la miseria de la concertación pactada en la Mesa del Diálogo.


 


 


 


Fuentes:


1. Ver Prensa Obrera N° 1.434.