Sindicales

10/5/2007|991

La burocracia frustra otra posibilidad de victoria

Durante varias semanas, los trabajadores de los Astilleros Río Santiago lucharon, a fuerza de masivas asambleas, piquetes en la ruta y combativas marchas a la Gobernación, por un salario mínimo de 2.300 pesos para la categoría “ayudante”.


Una masiva asamblea, realizada el 13 de abril, rechazó una oferta que elevaba el mínimo de los ayudantes a 1.600 pesos. Se derrotó la posición de la Comisión Administrativa de ATE Ensenada, partidaria de aceptar la oferta. Con la convicción de que la lucha daba para más, se votó una nueva marcha a la Gobernación. La lucha del Astillero empalmaba con la oleada de huelgas salariales docentes que sacudían Neuquén, Salta y Santa Cruz.


La lucha del ARS puso en evidencia el carácter miserable del aumento para los estatales pactado por las burocracias de la CGT y la CTA, que no llega ni a la mitad de la canasta familiar para las categorías más bajas. La victoria de la lucha del Astillero podía convertirse en un punto de apoyo para los reclamos salariales no sólo de los estatales sino también de los privados que luchan contra el techo salarial del gobierno y la burocracia.


La masiva marcha del 16 a la Gobernación, a pesar de que ATE Ensenada la organizó “a reglamento”, logró que se reabriera la discusión paritaria. La nueva propuesta que presentó el gobierno elevaba el básico en un 20% y otorgaba una suma fija remunerativa de 287 pesos. De este modo, el mínimo de la categoría “ayudante” pasaba de 1.342 a 1.667 pesos, un incremento de bolsillo de 325 pesos.


Esta nueva oferta fue rechazada por insuficiente en una Asamblea, por parte de los delegados paritarios y por el activismo.


Ante esta situación, el secretario general de ATE Ensenada planteó que había un acuerdo con la empresa para otorgar una suma en negro de 50 pesos por un lapso de un año. Esta moción ganó por un estrecho margen a la de rechazar; alrededor de 500 trabajadores no votaron ninguna de las propuestas.