Sindicales
24/2/1994|412
La burocracia ya dió el “sí” a la “flexibilización”
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Lorenzo Miguel no ha dejado de fatigar los micrófonos y las cámaras de TV para declarar que “el movimiento obrero organizado” no permitirá que “los señores empresarios”… “conviertan al trabajador argentino en un esclavo”.
¿Qué es lo que no va a permitir Lorenzo Miguel?
En noviembre del año pasado, la UOM firmó el convenio de la rama de bronceros, orfebres y afines. Este convenio acepta “la contratación temporaria de seis meses a dos años”… nada menos que uno de los puntos claves de la ley de “flexibilidad” que el gobierno ha enviado al Congreso. Según el proyecto, durante ese lapso la patronal paga la mitad de los aportes previsionales y sociales que marca la ley y, al terminar el contrato, el trabajador puede ser despedido sin indemnización ni preaviso.
José Rodríguez, del Smata, tampoco se queda atrás. En Córdoba, el Smata firmó un acuerdo con la patronal de la General Motors que establece la “polifuncionalidad”, “un régimen de jornadas anuales con promedio de ocho horas diarias, aunque se prvilegiará el cumplimiento de metas de trabajo por encima de la observancia de un horario fijo”, e “incorpora el concepto de productividad: si no se produce no se pagan salarios” (Clarín, 10/12/93).
Esto revela que la burocracia sindical ha dado el “visto bueno” a la “flexibilidad” laboral. No hay que olvidar que la burocracia sindical cegetista —con Palacios incluido— “consensuó” con el gobierno y las patronales el “decreto 470”, que liquida los convenios colectivos y establece convenios por empresa y hasta por sección, “oponibles a cualquier otra disposición de carácter general vigente”.
La burocracia ha incorporado en los últimos convenios decenas de cláusulas y disposiciones antiobreras. “Es así como en su mayoría los nuevos acuerdos habilitaron en forma masiva la negociación por rama o empresas. En 18 industrias de gran gravitación económica y laboral, los convenios se descentralizaron en 65 ramas, a la vez que 11 convenios habilitaron a casi 7.000 empresas a determinar con sus empleados el salario en función de normas de productividad … La mitad de las cláusulas de productividad están referidas a la reducción de costos por rebajas de beneficios laborales anteriores, menor recargo en el pago de horas extras, cambio de horarios, incorporación de personal contratado temporario, incremento del tiempo efectivo de trabajo, modificaciones en las licencias, feriados, reglamentación de la actividad sindical e incremento de los tiempos operativos” (Clarín, 14/11/93). Todo esto, naturalmente, a espalda de los trabajadores.
La burocracia cegetista ya dio el “sí”.