Sindicales
28/11/2019
La CGT Córdoba no se unifica
Tanto la reelección de José Pihen como la impugnación que presentaron otros sindicatos se hicieron a espaldas de los trabajadores.

Seguir
Este lunes 25 tuvo lugar la elección de autoridades de la CGT Regional Córdoba para los próximos cuatro años.
Para la votación se empadronaron 62 gremios que actúan en la provincia -entre los cuales se encuentran el Smata, STIA, La Bancaria, Gráficos, Luz y Fuerza Regional, Uocra, Uepc y el Sindicato de Empleados Públicos (SEP)- y en forma unánime resultó reelegido como secretario general José Pihen (secretario general del SEP). Como secretarios adjuntos se designaron a José Porras (que es adjunto del Smata), Raúl Ferro (La Bancaria) e Ilda Bustos (Gráficos).
Por su parte, varios gremios importantes, entre ellos la UOM, quedaron afuera e impugnaron la elección ante el Ministerio nacional.
Pihen y Schiaretti
La designación de Pihen viene ordenada desde el gobierno provincial. Pihen es actualmente legislador del PJ del gobernador Juan Schiaretti y también ha sido reelegido para un nuevo período en la Legislatura. Se destaca por su papel regimentador de los trabajadores estatales, a los cuales el gobierno peronista somete con trabajo precarizado, vaciamiento de las distintas dependencias -especialmente las hospitalarias- y sueldos de miseria.
El papel de Pihen es fundamental para Schiaretti, porque los acuerdos salariales con los empleados estatales luego son extendidos al resto de los trabajadores públicos y se imponen como el techo salarial para los privados. En estos días, el SEP arregló con el gobierno un aumento salarial del 4% para noviembre, dejando pasar que no haya aumentos en septiembre, octubre y diciembre a cambio de una suma en negro que llega a $1.750 en enero.
Urbano y los Fernández
El espacio que impugnó la elección nuclea a quince entidades y promueve como secretario general a Rubén Urbano (UOM). Se encuentra impulsado principalmente por Pablo Chacón (Comercio), que ocupo el tercer lugar en la lista de diputados de Fernández en Córdoba. El espacio sumó la adhesión de los gremios que integraban la CGT Rodríguez Peña, entre los que se cuentan el Surrbac (recolectores), que tiene preso a su secretario general Mauricio Saillen, y Luz y Fuerza Córdoba. También adhiere el sindicato local de los camioneros.
Es evidente la mano de los Fernandez-Fernandez-Massa detrás de este armado. Urbano declaró que “hemos tenido contacto con la CGT Nacional y nos ha dado la razón en todo. La CGT Nacional no va a reconocer esta elección y después de que se normalice va a tener que poner una fecha para la normalización de la CGT Córdoba”. Y agregó: “la CGT no puede elegir: un sindicato, un voto. Tiene que depender de la cantidad de afiliados”, a los fines de cuestionar la mayoría de la burocracia sindical que ostenta la conducción oficialista.
División
En el medio quedaron otras agrupaciones que conforman las “62 organizaciones” y que en su momento apoyaron la reelección de Schiaretti. Este espacio liderado por Sergio Fittipaldi (Limpieza), que incluye a la UTA, no participó de la elección pero tampoco figura entre los impugnantes de Urbano-Chacon. Se trata de un sector proclive a un acuerdo con Schiaretti, pero que especula con la asunción de Fernández y con los arreglos que se alcancen a nivel nacional.
La división de la CGT Córdoba expone con claridad el carácter patronal de la burocracia sindical, cuyas disputas no responden a intereses de la clase trabajadora, sino que por el contrario tienen lugar siguiendo las divisiones y negociaciones de los políticos patronales. Para la elección no hubo ningún debate y mucho menos un plan de acción respecto de la grave situación que viven asalariados en la provincia. Solo para dar algunos ejemplos de la misma hay que decir que se han suspendido unos 20 mil obreros en 2019, la industria funciona al tercio de su capacidad, y en los últimos días se paró Iveco y se despidieron 150 trabajadores en Minetti.
Cada vez la burocracia se aleja más de la clase trabajadora, que necesita unidad y lucha para enfrentar los planes de los capitalistas que descargan la crisis sobre sus espaldas. El camino para ello es un congreso de delegados mandatados de las bases, para poner en la calle la enorme fuerza del movimiento obrero.