Sindicales

16/1/1997|526

La CGT no va a formar un partido

Ha pasado relativamente desapercibido el hecho de que los burócratas de la CGT están haciendo circular la versión de que presentarían candidatos propios para las elecciones parlamentarias de fin de año. Rodolfo Daer insinuó esta posibilidad cuando especuló que los diputados de Duhalde no apoyarían la posición de la CGT en el Congreso, con respecto a los proyectos de ley de ‘flexibilización laboral’. Se disolvería en este caso la Mesa Duhalde Presidente, que pocos, sin embargo, notan que funcione.


De acuerdo a un trascendido que recoge La Razón (3/1), "La idea es conformar listas con profesionales y personas de renombre para sacarle el apoyo histórico que ha tenido el justicialismo en compulsas electorales de parte de los organismos sindicales". Como se puede ver, en la mejor de las hipótesis, la burocracia de la CGT no pretende formar un partido y menos aún de carácter obrero, sino transferir la responsabilidad parlamentaria a otro elenco de personas ajenas a la clase obrera. Esto se explica, no en razón del ‘renombre’ de los eventuales designados, sino por el hecho de que la mayoría del medio profesional vinculado a la CGT coincide con ésta en la privatización de las jubilaciones, de los accidentes de trabajo y, parcialmente, de la salud (autogestión hospitalaria y Programa Médico Obligatorio para Obras Sociales). También coincide con la ‘flexibilización’ en lo relativo a la polifuncionalidad y a la desregulación de horarios y jornadas de trabajo. Lo que le importa a la burocracia cegetista es exclusivamente el monopolio sindical de la relación obrero-patronal.


Pero aun la lista de profesionales de renombre sería de improbable tramitación, porque incluso para eso es necesaria una estrategia política, que la burocracia de la CGT no tiene en absoluto. El proyecto es una ilusión o el pasatiempo de un vivo.