Sindicales

29/9/2022|1654

La crisis de la CGT y el conflicto del Sutna

Daer, Moyano y Acuña, el triunvirato de la CGT

El trascendido sobre la renuncia de Pablo Moyano al triunvirato de la CGT, que circuló por todos los medios en las últimas horas, constituye otro capítulo de la crisis de la central.

Los últimos cruces tuvieron lugar por el carácter de la movilización del 17 de agosto, la disputa en torno al frustrado paro y la movilización a la Corte que proponían el moyanismo y la Corriente Federal (tras el atentado que sufrió Cristina Kirchner).

La desmentida de la renuncia, después de una reunión del Frente Sindical, se conoció por boca de “Paco” Manrique, del Smata, y Omar Plaini, de Canillitas. “Sería una irresponsabilidad”, explicaron, sin privarse de señalar que “si nos vamos de la CGT, nos vamos 60 gremios, no Pablo Moyano solo”.

El detonante esta vez fue la cena que compartió Alberto Fernández en Olivos con los otros cosecretarios, Héctor Daer y Carlos Acuña, más los integrantes del consejo directivo, José Luis Lingeri, Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez. También participó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni.

Ese encuentro sirvió para marcar la postura común del Presidente y “los que cortan el bacalao” en la CGT sobre temas sensibles, como la continuidad de las Paso o el rechazo a la suma fija y la vigencia de las paritarias (aunque admiten que podrían acordar con un bono para fin de año).

Una cuestión estrechamente vinculada con esto último, que ocupó un lugar destacado en la reunión, fue el conflicto del Sutna. Según deslizó uno de los asistentes, la burocracia caracteriza la lucha de los trabajadores del neumático como “una amenaza socio-laboral latente a partir del manejo de la situación por parte del Partido Obrero”.

Al margen del exabrupto sobre el papel del PO, los dichos expresan la preocupación por “la presión que el ejemplo de esta lucha podría sumar sobre las bases de los afiliados” a otros gremios.

Eso, en alguna medida, ya se está ocurriendo; las muestras de solidaridad con el Sutna que se multiplican, suelen ir acompañadas por mensajes de repudio a la orientación de las conducciones.

La extraordinaria lucha del Sutna empalma con numerosas paritarias en desarrollo o que están por iniciarse, como la de los docentes de Santa Fe, los marítimos de Somu, los lecheros de Atilra o los camioneros; y desde ya, el plan de lucha piquetero.

Los choques en torno del aumento por decreto, que impulsa el bloque Moyano-K contra Los Gordos-Independiente (celosos de su protagonismo como garantes de la contención de los reclamos), responden al nerviosismo de un sector del peronismo por este problema (y, adicionalmente, por “el protagonismo de los troskos en el ámbito sindical, que están desplazando al peronismo como referente de la lucha por la recuperación salarial”, según un artículo de IProfesional).

Las criticas verbales y los realineamientos dentro de los aparatos burocráticos y las centrales son un reflejo de las tensiones explosivas que recorren al movimiento obrero, pero por ahora ninguna de las alas de la burocracia saca los pies del plato de la integración al FdT; como sentenció Plaini: “la unidad siempre es superior al conflicto interno”.

Impulsemos la deliberación en cada lugar de trabajo sobre la necesidad de un paro nacional y un plan de lucha, por el triunfo del Sutna y de todos los conflictos actuales.