Sindicales

4/10/2022

La crisis del Pami se agravará con el ajuste que el gobierno pacto con el FMI

Una obra social gestionada por sus propios afiliados y trabajadores se impone como una necesidad vital. 

Plenario de Trabajadores Jubilados de Córdoba

Pami.

Olga Riutort, interventora del Pami Córdoba, en declaraciones en Canal 12 donde el tema era cómo se posiciona el kirchnerismo provincial en la grilla electoral para las próximas elecciones, hizo un “relato” sobre las bondades de las nuevas modalidades de las prestaciones asistenciales en el Pami, ritual que digamos de paso, repiten todas las intervenciones de turno que condujeron al instituto al cuadro actual de absoluta crisis en esas prestaciones en la obra social más grande de Latinoamérica.

Respecto de la cuestión electoral la interventora del Pami señaló que el kirchnerismo local buscará un acuerdo con el PJ de Schiaretti, que es quien más a fondo llevó el ataque contra los haberes y derechos previsionales de las y los jubilados provinciales. Luego de este anuncio electoral Riutort se refirió a las modificaciones que según afirmó mejorarán las prestaciones de la obra social: con la nueva cartilla de especialidades los afiliados ahora pueden elegir el profesional; y el pago a los médicos de cabecera ahora será por prestación y no como era hasta ahora, por cápita. Sin embargo, la crisis en las prestaciones en Pami continúa y se agrava.

A principios de setiembre se hizo una reunión en la UGL del Pami de Santa Rosa de Calamuchita con autoridades provinciales en la que participaron representantes de los centros de jubilados de todas las ciudades y localidades del Departamento citados para tal reunión. Básicamente las autoridades “recién asumidas” dijeron a los presentes lo mismo que dijo la interventora del Pami. En la ronda de intervenciones de los representantes de los centros de jubilados quedó en evidencia el cuadro de default gravísimo en estas prestaciones y en forma unánime; el listado de reclamos es largo y conocido:

Especialidades. En Calamuchita prácticamente no existen estos profesionales y los turnos hay q gestionarlos en Córdoba capital y cuando se obtienen es con demoras de 3, 4 o más meses, con muchos agravantes como la distancia, el costo del traslado que muchos adultos mayores les cuesta asumir, los tratamientos que luego hay que realizar en cada localidad donde ya no está ese profesional para hacer el seguimiento ¡Y siempre que se puede conseguir lugar adónde hacerlos! Por ejemplo, en Santa Rosa cerró la única clínica que atendía afiliados del Pami (de muy malas prestaciones) y el lugar más cercano para poder atenderse queda en Alta Gracia lo que suma las dificultades ya señaladas.

Médicos de cabecera. Cada médico tiene una cápita de 700 afiliados que reciben una atención penosa en la que muy excepcionalmente el médico que los atiende los revisa cuando van a consultarlo. Todos los presentes coincidieron en esto. Estos médicos limitan su “atención” a transcribir recetas y hasta se señaló el caso de uno que delega esta actividad en… su esposa.

Medicamentos 100%. Particularmente se señaló el caso de farmacias que en Santa Rosa no entregan estos medicamentos con los inconvenientes que esto acarrea.

Talleres. Prácticamente no existen y los que se dan los bancan los propios centro de jubilados.

Atención online. Todos los trámites y reclamos se deben realizar con esta modalidad lo que muchísimos afiliados no pueden hacer por sí mismos. Y es sabido que el 70% de los adultos mayores no manejan herramientas de internet o no tiene conexión. El reclamo unánime es que se reinstale la atención presencial.

Un panorama prácticamente calcado se vive en el departamento Cruz del Eje con el agravante de que el director médico del Pami de aquella zona, frente al reclamo de los centros de jubilados y afiliados, “argumentó” que si el sistema de salud público está en crisis se “entiende” que también esto suceda con las prestaciones del Pami ¿Qué tal?

Claramente la situación del interior de la provincia es más complicada que la de la ciudad capital, aunque tampoco en ésta las cosas funcionan mucho mejor. En Córdoba hay 397 mil afiliados al Pami de los cuales 64% son mujeres y 36% varones, la inmensa mayoría de los cuales padece lo que denunciaron los centros de jubilados de Calamuchita. Las consecuencias en la salud física y emocional que plantea esta grave situación son fáciles de advertir y difícil de precisar ¡Por supuesto Riutort no habló de esto, que es de lo que hay que hablar y modificar!

Tampoco hizo mención alguna sobre la situación patrimonial del Pami, la situación de sus empleados y un largo etc. Lo cierto es que las intervenciones de los sucesivos gobiernos vaciaron la obra social, la utilizaron como una caja negra y ahora Riutort y Volcovich a nivel nacional pretenden que las y los afiliados acepten sus dichos y promesas como un artículo de fe. Claramente no es el camino para comenzar a revertir esta penosa situación que tenderá a agravarse por el ajuste contra el pueblo pactado por el gobierno con el FMI.

El reclamo de que el Pami sea gestionado y dirigido por sus propios afiliados y trabajadores, electos y revocables se impone como una necesidad vital. Por un Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados gestionado y dirigido por sus afiliados y trabajadores. ¡Fuera la intervención del Pami!

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