Sindicales

13/4/2017

La crisis textil en Tucumán: radiografía del ajuste de Macri y Manzur


El anuncio de suspensiones masivas en Alpargatas ha causado conmoción, pero no es un rayo en cielo sereno. La industria textil nacional se encuentra en caída libre, durante el año pasado se perdieron más de 5500 puestos de trabajos en todo el país y unos 500 en Tucumán; se calcula además que actualmente hay más de 8000 trabajadores “discontinuados” con riesgo de perder su puesto de trabajo.


 


Las empresas de la provincia: Alpargatas, Santista, Tecotex y TN&Platex recurrieron a despidos, suspensiones y vacaciones adelantadas en completa armonía con el ajuste del gobierno nacional, provincial y que cuenta con la complicidad de la burocracia sindical.


 


Las suspensiones anunciadas por Alpargatas muestran la farsa que representa el acuerdo firmado hace una semana por el gobierno con la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra), el Sindicato de Empleados Textiles (Setia), la Asociación Obrera Textil (AOT), la Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI), la Fundación Pro Tejer y la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), para promover el consumo interno y cuidar el empleo.


 


Dicho acuerdo, como lo revelan las suspensiones masivas en Alpargatas, no implica ninguna garantía de preservación de los puestos y condiciones de trabajo. Sí prevé, en cambio, concesiones a las patronales: la posibilidad de que el gobierno subsidie las tasas para compras de productos de indumentaria, calzado y marroquinería en 3 y 6 cuotas sin interés, un plan cuyo éxito es sumamente dudoso.


 


El acuerdo, por otra parte, establece la elevación de los reintegros a la exportación al 8%, con el objetivo de reducir el impacto de los impuestos sobre las exportadoras. Finalmente y a pesar de los despidos se mantienen los subsidios (Repro Express) que son pagados por la Anses destinados a completar el sueldo de cada trabajador en función de su categoría laboral, a pesar que una condición para ser pagado es que se mantenga la nómina de trabajadores.


 


Los platos rotos de la crisis se los quieren hacer pagar a los trabajadores, que no deben depositar ninguna expectativa en los planteos demagógicos de “defensa de la industria nacional”. Estos empresarios son los primeros que despiden masivamente y flexibilizan las condiciones de trabajo.


 


Es necesario un programa y un plan de acción propio para enfrentar el ajuste de los empresarios y el gobierno: ocupación de toda fábrica que cierre o despida, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario frente a las suspensiones, apertura de las cuentas de las empresas.