Sindicales

23/5/2002|755

La dirección está entregada; los trabajadores, no

“Dos de cada tres empleados bancarios serán despedidos o sufrirán reducciones salariales en los próximos meses”: esto es lo que, según el directivo de un banco, espera a los bancarios (La Nación, 20/5).


Ochenta mil de los actuales 120.000 bancarios quedarán en la calle en los próximos meses. De ellos, más de 8.000 -los del Scotia, Bisel, Suquía y Entre Ríos- ya están con los bancos cerrados y otros 5.000 -los del Galicia- han comenzado a sufrir una reducción salarial del 8%. El resto de los despidos vendrá de los bancos que se van a caer en los próximos meses y del masivo cierre de sucursales que van a producir los bancos que queden. Para despedir en masa, los banqueros están esperando que se resuelva la cuestión del corralito y venza el plazo de las indemnizaciones dobles. Con 80.000 bancarios golpeando la puerta, los que no sean despedidos deberán trabajar por un salario equivalente a un plan Trabajar.


Desde hace meses, la Bancaria es perfectamente conciente de esta situación. Sabía que se venían los despidos en masa y no movió un dedo. Peor, organizó vergonzosos “paros” para defender a los banqueros e impedir que los ahorristas estafados pudieran recuperar mediante los amparos lo que les habían robado.


Ahora, frente a la catástrofe, ¡organiza inútiles marchas a las embajadas de Canadá y Francia! Para este jueves 23, convocó a un paro y a una marcha al Congreso de carácter secreto, ya que no se ha hecho ninguna propaganda ni mucho menos, se ha intentado organizar la masividad de la convocatoria.


La dirección de la Bancaria está entregada; los trabajadores no. Las marchas de los compañeros del Scotia, el Bisel, el Suquía y el Entre Ríos muestran las reservas combativas de los bancarios. Hay que ponerlas en movimiento, apoyándose en las asambleas de sector y de banco, en las redes de activistas, en los trabajadores de abajo (¡nuestro gremio está lleno de “caceroleros”!), y en la ocupación de los bancos.


La perspectiva de esta movilización debe ser la Asamblea General del gremio y la huelga general con ocupación de todos los bancos. Para hacer sentir el peso social de los bancarios y ganar.


En este camino, planteamos impulsar la autoconvocatoria de los bancarios. Como hacen los docentes, que se autoconvocaron para defender lo suyo frente a una dirección que no quiere luchar; como hicieron los desocupados para crear el movimiento piquetero; como hicieron los trabajadores docentes del Norte de Salta o de Neuquén. Autoconvocarnos para defendernos.


Los bancarios tenemos que hacer lo que la burocracia no hace ni quiere hacer. Primero, organizar una lucha real y efectiva por la defensa de nuestros empleos. Segundo, plantear una salida de conjunto a la quiebra del sistena financiero, en defensa de los intereses de las masas laboriosas y explotadas de nuestro país: la nacionalización sin pago de la banca. Tercero, unirnos en una lucha común con los trabajadores, piqueteros y ahorristas en lucha.


Autoconvocarnos para luchar por la banca para defender el empleo, devolver los ahorros y reconstruir el país. Esa es nuestra consigna.