Sindicales

10/8/2000|676

La directiva provisoria debe triunfar

El levantamiento del paro portuario no ha calmado las aguas en Mar del Plata.


Sigue pendiente el pago de salarios caídos que reclama un sector de Conductores Navales, Patrones y Capitanes.


El miércoles 2 el Ministerio de Trabajo local tuvo que dictar la conciliación obligatoria. Para las lanchas “amarillas” tuvo que desconocer la reducción salarial del 30% que establecía un acuerdo entre la burocracia del Somu nacional y la patronal. Además, el Ministerio intimó a los patrones a abonar los salarios caídos desde el 18 de julio a los trabajadores de la pesca.


En el sector de tierra existe un reflujo generado por la expectativa de volver a trabajar después de casi cuatro meses de estar parados.


Profundización


Este conjunto de conflictos parciales es solo una expresión de una situación de fondo, pues el gobierno continúa con la política de “ordenar” un caladero agotado y al borde del colapso (este es el origen esencial de la crisis).


Los trabajadores portuarios perciben este empantanamiento e irrumpen con sus reclamos, resistiéndose a seguir pagando las consecuencias de la crisis.


La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca firmó un acuerdo con la Facultad de Derecho local para revisar todos los permisos de pesca con el objetivo de reducir la flota (y su capacidad de captura) en un porcentaje no inferior al 30% (y tendrá un correlato de despidos y suspensiones en mar y tierra).


Esta situación de conjunto, agravada por la cuota máxima para pescar de acá a fin de año, ha motivado al empresariado a profundizar su ataque contra el sector de tierra, con diferentes maniobras. Muchas “cooperativas” no volverían a trabajar; en otros casos se chantajea a sus presidentes para que “efectivicen” al personal (a través de la firma de contratos a término), bajo la amenaza de no entregarles más pescado; otras cierran directamente.


El Soip


Es en este cuadro que la Comisión Directiva Provisoria del Soip, electa y ratificada en multitudinarias asambleas, se va abriendo paso, empeñada en reorganizar un gremio cuyas conquistas esenciales fueron arrasadas en los últimos años.


En la conferencia de prensa convocada “para repudiar el cobarde atentado del que fuéramos objeto y para informar de la real situación institucional de nuestro gremio” (ver aparte), Patricia Comparada informó que “desde 1998 no hay elecciones en nuestro gremio. Nosotros reclamamos movilizados e intimamos por carta documento la convocatoria a asamblea extraordinaria y nunca hubo respuesta. Lo que pasa es que no hay quien nos responda. Entonces, los trabajadores nos reunimos en asamblea y votamos una Comisión Provisoria que tiene el mandato de normalizar el gremio, afiliar a los compañeros que no están afiliados hasta este momento, pedir una amnistía para los que tienen desactualizada su cuota sindical y, en un plazo de 90 días, lanzar un proceso electoral. Seguimos todos los pasos que corresponden al área del Ministerio de Trabajo para que blanquee la situación y se permita la normalización de nuestro sindicato” (La Capital, 3/8).


Ante una numerosa concurrencia, llamó a construir desde ya el cuerpo de delegados en las plantas que están comenzando a trabajar y a redoblar los esfuerzos para seguir recolectando la adhesión al petitorio que contiene el pliego de reivindicaciones votado en asamblea: aumento salarial y de la garantía horaria; 0,18 peso el kg de filet y 3 pesos la hora para peones y envasadoras; blanqueo de todos los trabajadores en negro.


Un objetivo central lo constituye el sector efectivo del gremio y su cuerpo de delegados, que está comenzando a manifestar su rechazo hacia la ex comisión directiva (sobre todo al ver que una vez concluido el conflicto portuario varios gremios consiguieron arrancar aumentos de la patronal, mientras que los trabajadores de tierra continúan postergados). Es necesario movilizar a los compañeros efectivos para unir a todos los obreros de tierra (resolver un plan de lucha de conjunto e imponer sus reivindicaciones) para impedir la aventura impulsada por elementos ajenos a los intereses de los trabajadores del pescado, como es el caso de Ronner Ðlista GranateÐ, quien se juega a conseguir la intervención del gremio y llegar a la dirección del sindicato de la mano del PJ.