TUCUMAN

El miércoles 21, una asamblea de Adiunt de la que participaron 250 docentes (la más masiva de la última década) votó la convocatoria a un paro por tiempo indeterminado en reclamo de la inmediata apertura de la paritaria salarial, la exigencia de 8.000 pesos para el cargo testigo (auxiliar docente con dedicación semiexclusiva) y la exigencia a las autoridades de la UNT de un aumento salarial de emergencia con fondos propios hasta tanto se resuelva la paritaria nacional.

El jueves 22, una importante concentración docente -a la que se sumaron sectores estudiantiles- manifestó frente al rectorado en el marco de la Jornada Nacional de lucha educativa. La protesta se volvió a repetir el viernes 23, con más de cien docentes movilizados en el marco de la “conmemoración” del centenario de la UNT.

La Adiunt votó que el paro sea activo, con toma rotativa de facultades, y la presencia de la docencia en las unidades académicas para sumar el apoyo de los estudiantes.

El detonante del conflicto fue la toma de la Facultad de Agronomía por parte de sus docentes por el reclamo salarial.

La toma de Agronomía sacudió a la UNT apenas unos días después de que culminara el proceso de elección de autoridades de esta casa de estudios, donde se impuso un sector K aliado al gobernador Alperovich y a un sector del radicalismo opositor a la cúpula local. La Franja Morada y el radicalismo provincial, que habían puesto sus fichas en otro candidato, terminaron derrotados y el Acuerdo Cívico (el Unen tucumano) completamente dividido.

Durante el proceso electoral, un fiscal federal pidió el procesamiento del mismísimo rector Cerisola por malversación de fondos provenientes de la minera La Alumbrera. Las camarillas que se disputan el gobierno universitario están todas comprometidas con diversos actos de corrupción, todas se declaran a favor de sostener la asociación de la UNT con los monopolios mineros e, incluso, generalizar este proceso de privatización universitaria con otras grandes empresas.

Mientras los negociados, la corrupción y los privilegios de las camarillas se han consolidado, la lucha emerge como una reacción positiva de la docencia más postergada ante el agravamiento de las condiciones de vida y la cerrazón del gobierno al acuerdo paritario de 16 meses firmado con la burocracia sindical.

Forma parte de la nueva ola de luchas con la que los trabajadores argentinos estamos enfrentando el ajuste.

Cabe destacar que la CTA local, a la que pertenece Adiunt, no ha movido un dedo en apoyo a esta lucha. Un motivo más para que la docencia apoye a la Lista 3 en las elecciones de la CTA.

Diego Toscano