Sindicales

12/4/2012|1217

La experiencia de Cheeky en la Conferencia Sindical

D. S.

-Exclusivo de internet

En la textil Cheeky, los delegados combativos vienen siendo atacados desde hace casi dos años por una alianza férrea entre la burocracia sindical moyanista de Setia y la patronal de Daniel Awada -cuñado de Macri y uno de los principales exponentes del trabajo esclavo en la Argentina, dado que Awada está vinculado a decenas de talleres clandestinos. Uno de los resultados de esta acción conjunta contra el cuerpo de delegados antiburocrático y clasista de Cheeky fue la expulsión del sindicato del delegado general, Elías Orlandau, quien fue acusado de “inconducta gremial” por parte del burócrata máximo de Setia, Mauricio Anchava, por haber defendido a los trabajadores de la planta cuando éstos eran despedidos. Para la burocracia de Setia, si la patronal paga la indemnización, no hay nada que hacer. Los despidos fueron resistidos por los trabajadores, con asambleas y paros en planta, los que enfrentados lógicamente por la patronal, pero -especialmente- por la burocracia de Anchava. En marzo del 2011, el delegado Orlandau fue expulsado del gremio en un congreso burocrático al que no se le permitió asistir.

El repudio generalizado a esta actitud patronal de Setia (moyanista) de parte de la mayoría de la fábrica fue rotundo  y tanto la lucha sindical como la judicial dieron por resultado un importante triunfo de los trabajadores: en diciembre de 2011, la justicia falló a favor del delegado expulsado, entonces la lucha por la convocatoria a elecciones de delegados volvió a cobrar fuerza al interior de la fábrica (a pesar de que la burocracia desacató la orden judicial).

En ese contexto, la burocracia cooptó a dos arribistas y montó un fraude al convocar a elecciones de delegados, pero proscribiendo a la lista de delegados formada por tres compañeros defensores de Orlandau, quienes desafiaron todas las amenazas de la patronal y de la burocracia para presentarse. Los burócratas jamás permitieron la presentación de la lista en el sindicato y la patronal respondió los telegramas de notificación de los compañeros que se candidateaban como delegados señalándoles “que no les correspondía”. Awada confundió a Setia con su empresa. Como consecuencia de ello, el 99% de la fábrica firmó un petitorio que le exigía al sindicato elecciones democráticas y la legalización de la lista de los compañeros.

La burocracia y la patronal realizaron igual la elección, completamente viciada de nulidad, por lo cual ha sido impugnada por la lista antiburocrática. La patronal y la burocracia amenazaron a los trabajadores en los sectores para que fueran a votar (más de 25 compañeros firmaron un acta el día de la elección en donde señalaban que no votaron porque no estaba la lista que querían elegir). Sobre 120 compañeros en condiciones de votar, sólo 50 lo hicieron -11 de ellos en blanco. La mayoría repudió, así, las elecciones truchas. Tres sectores enteros directamente lo hicieron planteando que no iban a votar.

Se ha producido una clarificación masiva de la situación que se vive en Cheeky y una recomposición del sector combativo de la fábrica, lo que permite continuar la batalla -que ya lleva cuatro años- para que los trabajadores tengan los delegados que ellos quieran elegir y no aquellos que la patronal y la burocracia les quieran imponer.

Los compañeros que fueron parte de la conformación de la lista proscripta han resuelto participar en la Conferencia Sindical del Partido Obrero, para traer su experiencia y sumar para ellos la de cientos de activistas del movimiento obrero que, igual que ellos, tienen duras batallas que llevar adelante.