El 11 de noviembre, sin que mediara asamblea, plenario de delegados o aviso oficial a los afiliados del gremio, la conducción nacional de ATE en manos de Pablo Micheli intervino las secretarías de Organización y de Prensa de ATE-Capital, controladas por un sector del kirchnerismo que integró la lista de Micheli ganadora en la seccional en 2011.

La secretaría de Organización es clave ya que controla las elecciones de juntas internas. La burocracia se ha valido de esta herramienta para fijar discrecionalmente las fechas de convocatoria y cantidades de delegados, utilizando el peso del aparato para correr a la izquierda y resolver sus propias internas por abajo.

La intentona de Micheli está acicateada por la convocatoria a las elecciones de "su" CTA en mayo de 2014 y en las que, se sabe, no participarán ni Ctera ni el Sutna, ni el Sindicato del Subte, adheridos por arriba a la CTA de Yasky.

La crisis en ATE amenaza con un vaciamiento final de la CTA Micheli que se suma al fracaso electoral de su "armado político", donde no lograron superar las Paso en la provincia de Buenos Aires e hicieron una elección marginal en Capital. El sector de Micheli cree posible retomar la iniciativa ante el retroceso del kirchnerismo y ha convocado a una movilización el 20 que se va deshilachando con el paso de los días, primero se bajó Moyano, luego se anunció que no pisarán la Plaza de Mayo. Esto ocurre luego de una parálisis de un año entero.

El sector K sacó una declaración denunciando la intervención de las secretarías y, ante la movilización del 20, dejó en claro que pretende transformar el sindicato en una oficina del gobierno nacional que va al ajuste contra los trabajadores. A pesar de la fractura, ambos sectores votan las iniciativas del macrismo en la Legislatura.

Luego de las elecciones y del pacto PRO-K y Unen, un sector de la banca de Unidad Popular (partido de Lozano) votó junto al macrismo la privatización de espacios públicos a cambio de cargos en la Defensoría del Pueblo. Antes ya había votado el juez propuesto por el PRO para el Tribunal Superior de la Ciudad.

Esto tiene su correlato en la situación de los municipales, donde ambas fracciones mantienen una mesa de negociación con el macrismo que inmoviliza a los trabajadores, frente a los bajos salarios y los 15.000 precarizados, para discutir los ataques del macrismo que ya han sido revertidos por la Justicia y el Ministerio de Trabajo. Asistimos al fracaso de la política de integración al régimen por parte de las fracciones de la directiva.

El proceso de disputas y la disgregación del sindicato, se reproduce en todo el país. En Santa Cruz la conducción provincial fue intervenida en pleno y en Salta y Chubut hay acusaciones de los secretarios adjuntos por firma de paritarias a la baja por parte de los generales.

En la zona norte de la Provincia de Buenos Aires el "Moncho" Alessandrini ya abandonó el barco de los K y se pasó al massismo. Para los trabajadores afiliados se presenta el problema de cómo recuperar un sindicato paralizado, fracturado, impotente y desprestigiado.

La votación histórica del Frente de Izquierda es un enorme apoyo a esta tarea porque significa, que ante el retroceso de la burocracia sindical y el peronismo como dirección de la clase obrera, una gran porción de los trabajadores busca una alternativa independiente para defender sus derechos ante el ajuste que preparan gobierno y oposición y abre un canal para recuperar los sindicatos.

Para salvar a nuestra seccional de la fractura y virtual disolución nuestra agrupación parte de este balance y para desarrollar cada reivindicación de los trabajadores con una organización independiente.

Planteamos asambleas de trabajadores en todas las dependencias para votar pliegos de reclamos y desarrollar una campaña por un Congreso de delegados de Base para la refundación de ATE y la construcción de una nueva dirección política, que lleve adelante los objetivos discutidos por los trabajadores.