Sindicales

20/3/2003|793

La huelga ferroviaria abre un camino

100% de aumento salarial para todos

El paro ferroviario y fraternal del 12 de marzo, por masividad y métodos, se inscribe en los antecedentes de las huelgas generales anteriores a diciembre del 2001 y varias luchas posteriores, como el paro de Metrovías y las ocupaciones de empresas. Una clave de la huelga fueron los piquetes. Los trabajadores del riel ya habían protagonizado, a fuerza de piquetes, un paro en el conurbano en las postrimerías del 2000, sumándose a la huelga general resuelta por la CGT disidente. Pero el 12 de marzo, concretaron la primera huelga por el salario de alcance nacional.


En Castelar y Victoria se organizaron en piquetes para cortar las vías. En los depósitos de Llavallol hubo una permanencia nocturna para impedir el ingreso de los carneros, y en las primeras horas del día siguiente marcharon a Escalada. En la línea Roca el paro fue total entre los guardas y el personal de depósito Llavallol, y fuerte en los talleres. En Beccar, un piquete de sesenta trabajadores impidió el tránsito de un tren que salió de Retiro con personal jerárquico, una acción que se repitió en Haedo y en varios puntos de las líneas en la zona sur del GBA.


El Ministerio de Trabajo denunció “una especie de lock out patronal” por la ausencia de servicios de emergencia, en función de la renegociación de los subsidios a los concesionarios. Nadie puede descartar un acuerdo entre la burocracia de la UF – ella misma patronal del servicio de cargas del Belgrano – , y los concesionarios. Es el caso de las empresas que administra el Metropolitano, en concurso de acreedores.


 


Entrega feroz


Horas después del paro, el gobierno se comprometió a pagar 14 millones de pesos mensuales en concepto de “subsidios operativos” a las concesionarias del área metropolitana, y las conducciones de la UF y La Fraternidad aceptaron levantar el paro de 36 horas convocado a cambio de un 15% y una negociación “empresa por empresa” durante los próximos sesenta días. El pedido oficial de ambos sindicatos había sido la reducción de la jornada laboral y un 41% de aumento de salarios, un monto que sólo reponía lo perdido desde la devaluación.


El acuerdo fue edulcorado por la burocracia con el planteo de que se pagará el retroactivo de enero junto al sueldo de enero, marzo y febrero, y que no se descuentan los premios por el día de huelga. De todos modos, están planteadas asambleas en todos los sectores para ampliar el pliego de reclamos y avanzar en la lucha por el 41% y por la reducción de jornada.


En otro orden, el paro piquetero de los ferroviarios ha sido mirado con atención por toda la clase obrera. La huelga ferroviaria ha largado al ruedo la lucha por el aumento salarial general del 100%.