El miércoles 12 de abril se realizó la “jornada de lucha” convocada por la CTA Autónoma, cuyo secretario general es Hugo “Cachorro” Godoy. La postal de la actividad principal fue elocuente: una “central de trabajadores” movilizada sin presencia alguna de los sindicatos que la conforman. No podía ser de otro modo, toda vez que la acción fue concebida deliberadamente con dos omisiones inaceptables. Por un lado, al margen de la participación activa y resolución de sus bases. A la vez, dando la espalda a las luchas reales que están en curso en gremios enrolados en la CTA. En primer lugar, la de la Conaduh, que plantea una semana de paro de la docencia universitaria desde el próximo lunes. Nada de esto interesó a la dirección de la CTA Autónoma, que armó una concentración escuálida frente al Ministerio de Economía de la Nación.

Fueron parte las organizaciones sociales oficialistas que no están en las calles por los que deberían ser sus reclamos más urgentes -lo que sí hace la Unidad Piquetera. Aunque la movilización culminaba a metros del centro del poder político, desde el palco se nombró más a Macri que a cualquier otro político patronal, como si no hubiera dejado el gobierno hace más de tres años.

Hubo una contradicción flagrante entre las denuncias que se vociferaron desde ese acto sobre el presente (“nunca la clase trabajadora en la Argentina estuvo tan empobrecida”) y las conclusiones de acción al respecto (“evitar que vuelva el neoliberalismo”), es decir, seguir integrando el Frente de Todos con candidaturas testimoniales (Grabois, Lozano).

Los lamentos del estilo “es hora de que el gobierno enfrente al FMI” caen en completo ridículo, pues las tres patas del Frente de Todos (Alberto, CFK, Massa) se matan por cualquier cantidad de temas, salvo por lo que importa, y es así que semana a semana el Fondo digita todos los aspectos de la economía nacional sin que ninguna fracción saque los pies del plato al respecto. ¿O acaso alguien oyó a CFK, o su gobernador Kicillof -por quien la CTA hace campaña explícitamente- cuestionar el dólar agro, que implica una “transferencia de ingresos” (como gustaba decir Lozano) descomunal en perjuicio de las masas y a favor de la oligarquía? La responsabilidad del gobierno en profundizar el empobrecimiento de la clase trabajadora es inocultable.

Embarcados en esta política sin salida, los dirigentes de la CTA y de ATE han pasado la raya en temas muy sensibles. Por ejemplo, en distintas seccionales de la provincia de Buenos Aires las conducciones verdes o verdiblancas hostigaron a las y los auxiliares de escuela que querían parar, amenazando con descuentos. Para esto, se valían del carácter deliberadamente ambiguo, donde “jornada” era o no un paro a gusto y piacere de la burocracia de cada lugar.

Sin embargo, la rebelión de auxiliares fue de tal magnitud que sobrepasó estas extorsiones e impuso el paro en decenas de distritos, obligando a muchas seccionales a declararlo en forma explícita y sobre todo tardía. Finalmente, las y los auxiliares que cumplen un rol fundamental en que las escuelas puedan funcionar cada día son hambreados por Kicillof con salarios que rondan los $100.000.

En el caso específico de ATE Capital, hubo actos separados de la burocracia de Catalano, por un lado, y del frente entre la ruptura del Consejo Directivo verdiblanco y la Verde por el otro. En ese contexto, fue importante el reagrupamiento de Interjuntas. En la radio abierta frente al Indec participaron las Juntas Internas de ese organismo, del Incaa, Senasa y del Garrahan. También estuvieron presentes JCP (Jóvenes Científicxs Precarizadxs), agrupaciones ligadas a los partidos del FIT-U y activistas de distintas dependencias de CABA (como Enacom) y PBA.

Allí se hicieron denuncias contundentes sobre la integración del sindicato al gobierno, y la necesidad de salir a luchar en serio. También quedó planteada en varias intervenciones la necesidad de presentar una lista antiburocrática en ATE. Finalmente, de allí se concurrió como columna diferenciada de ambas fracciones de la burocracia.

Tanto en la CTA como en ATE está planteada la lucha por una nueva dirección.

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