En un proceso electoral viciado desde sus inicios, la lista 6 Multicolor ha impugnado las elecciones de CTA en Morón.



Con las urnas del hospital Posadas (la principal concentración de trabajadores de la zona) secuestradas en el búnker del burócrata Darío Silva y sus secuaces, conocidos por apalear trabajadores despedidos; con una urna volante que no permitieron que fuera custodiada por fiscales de la Multicolor; con un veedor nacional que dejó pasar ocho horas de votación antes de dignarse a aparecer y con seis urnas de once ya impugnadas la elección de la CTA-A en Morón transcurrió en un ambiente fraudulento desde el comienzo, vulnerando totalmente la transparencia del proceso.



Es por esta razón que la lista 6 Multicolor ha tomado la decisión de impugnar la elección en su totalidad, llamando a retomar el proceso una vez que se garantice su transcurso en condiciones transparentes y democráticas.



La Junta Electoral había determinado que las urnas en el Hospital Posadas estuvieran distribuidas en distintos sectores del nosocomio pero, al acercarse la hora de inicio de la votación, los fiscales se encontraron con la sorpresa de que todas las urnas estaban instaladas dentro del chalet de ATE, que oficia simultáneamente de búnker del burócrata Darío Silva y sus secuaces.



Las elecciones ya estaban cuestionadas por la existencia de padrones inflados y este secuestro de las urnas por parte de Silva y su patota, puso en riesgo a los votantes y a los fiscales obligados a participar bajo la presión de esa misma patota que, a principios de este año, golpeó a los trabajadores despedidos cuando se acercaron a pedir respuestas al gremio.



Queda claro que “Cachorro” Godoy, al dejar pasar 8 horas antes de enviar un veedor que garantizara el correcto funcionamiento de la elección, allanó el camino para que la burocracia de Darío Silva adulterara la votación a su gusto.