Sindicales

30/10/1998|606

La lucha clave de La Serenísima

El despido anunciado de 300 trabajadores de La Serenísima abrió un proceso de lucha que se convirtió en ‘cuestión de estado’ en todo General Rodríguez, la localidad que ‘vive’, en gran medida, de la planta láctea.


Una movilización ocupó el Concejo Deliberante y exigió la suspensión de una ordenanza ‘dictada’ por La Serenísima que autorizó el tendido de un puente lácteo aéreo con otra planta (La Armonía) hasta tanto no se reincorpore a los despedidos. “Porque entendemos que tanto el Señor Intendente y los Honorables Concejales deberían representar los intereses del pueblo todo y no solamente a los de Don Pascual ‘Corleone’ Mastellone”, plantea una declaración de Trabajadores Autoconvocados de La Serenísima, que, por otra parte, exige el cese de persecución gremial para quienes quieren formar listas opositoras en Atilra —el sindicato patronal— que se bajen los precios del comedor de planta y reclaman un aumento salarial acorde con la canasta familiar, “que en este momento es de 1.500 pesos”.


Aunque los trabajadores se resignaran a aceptar estos nuevos despidos, no habría salida alguna. La patronal ya redujo el plantel de trabajadores en un 20% (de 4.500 a 3.500) en los últimos tres años y cada oleada de despidos fue la antesala de otros. ¿Acaso los 300 de hoy aseguran alguna estabilidad a los que quedan, aún por un determinado tiempo? “Ni ahí”, la patronal no sabe qué puede pasar en las próximas 48 horas porque está ferozmente endeudada; sometida a una dura lucha con otros pulpos y con su gran apuesta, el Mercosur, en ruinas. En palabras de Mastellone, “nuestros competidores se han preparado bien y nosotros estamos fuera de foco”, además”antes le debíamos a los bancos Provincia y Nación, ahora le debemos al mundo” (La Hoja, 16/10).


Mastellone ha construido su ‘imperio’ sobre tres columnas: la implacable superexplotación y persecución de sus trabajadores, la confiscación del pequeño tambero y el ‘ordeñe’ de los bancos Provincia y Nación (de ambos recibió enormes créditos en tiempos de la dictadura, refinanciados hasta el día de hoy). Un pueblo no puede condenarse por esta clase de parásitos.


El PO plantea tres medidas básicas:


  • • Que una asamblea popular, a la que sean convocados trabajadores, chacareros y concejales, disponga la reincorporación de los compañeros, el reparto de las horas de la planta manteniendo el salario y la apertura de los libros de La Serenísima, a cargo de una comisión independiente de trabajadores y técnicos de la planta y de los bancos Provincia y Nación.
  • • Que se plantee esta política para toda la provincia, exigiendo la prohibición de los despidos y suspensiones de los traslados de fábrica y el reparto de las horas de trabajo existentes entre todos los trabajadores. Entretanto, planteamos un seguro al parado de 500 pesos.
  • • Autoconvocarse para actuar en función de darle una salida a la crisis.
  • • Expropiación de toda empresa que cierre.