Sindicales

16/1/2014|1300

La lucha contra los despidos

Perfil

El Ministerio de Trabajo acaba de declarar la conciliación obligatoria con los despedidos de Perfil adentro.

El viernes pasado, en plenas vacaciones y con un calor intenso, se realizó un acto en las puertas de la Editorial Perfil, del cual participaron casi 300 compañeros de prensa, en reclamo por la reincorporación de veinte trabajadores despedidos, como parte de un ataque más general de la patronal a las condiciones de trabajo y a la organización sindical en la empresa.

El conflicto comenzó a fines de diciembre, cuando el “antikirchnerista” Jorge Fontevecchia despidió a siete trabajadores el mismo día en que se estaban realizando las elecciones de comisión interna. Entre los despedidos, está un compañero que integró la junta electoral en esa elección.

La respuesta de los trabajadores fue un paro de actividades y, junto a los compañeros gráficos, quienes reclamaban un plus para las fiestas, realizaron un acto en la puerta de la planta impresora. La respuesta patronal llegó varios días después: dejó en la calle “con causa” a otros 13 compañeros -entre ellos cuatro que habían integrado la junta electoral- por “haber impedido la salida de las publicaciones de la planta impresora”.

Fontevecchia quiere reducir drásticamente la cantidad de personal e incrementar el ritmo de trabajo de los que queden, pero también pretende golpear a la organización gremial. La comisión interna de la editorial ha sido la gran organizadora de la resistencia a todos los planes patronales de ataque a las condiciones de trabajo y de pelea por las conquistas alcanzadas en todos estos últimos años.

El ataque, como destacó el Cuerpo de Delegados Autoconvocado -virtual dirección del gremio ante la burocracia del sindicato (UTPBA) que convirtió a la organización sindical en una cáscara vacía-, es parte de la ofensiva flexibilizadora de las patronales del sector, tanto oficialistas como opositoras.

Clarín despidió hace pocos días a siete compañeros y adelantó una confluencia entre el diario papel y la edición en internet, que supone un incremento de tareas, degradación del trabajo periodístico y flexibilización horaria, entre otras cosas. El grupo del K Cristóbal López despidió a 25 trabajadores y flexibiliza. El también K grupo Olmos (Crónica, BAE) adelantó una “confluencia” como la de Clarín y los trabajadores la frenaron.

Por eso, en la lucha de Perfil se juega no sólo la fuente de trabajo de los compañeros despedidos, sino también darle un parate al ataque a la organización sindical y a la ofensiva en desarrollo de todas las patronales del sector. Esto se produce, además, en vísperas de la apertura de paritarias, donde se jugará el proceso de organización independiente de los trabajadores de Prensa y el método de paritarios elegidos en asambleas y responsables antes estas, que se ha impuesto en el gremio en el curso de los tres últimos años.


Nelson Marinelli