Sindicales

3/6/2004|853

La lucha se generaliza

La lucha salarial de los empleados del Estado provincial se ha incentivado, incluso después de que De la Sota hiciera un ofrecimiento de 75 pesos no remunerativos (piden 300 pesos al básico) para los empleados públicos y el descongelamiento de la antigüedad para los docentes (que no representa más de 20 pesos). Al día de hoy las negociaciones están rotas y el conflicto está empantanado.


El cuadro de situación es el siguiente:


1. Empleados públicos: el Ministerio de Trabajo provincial a pedido del gobierno (juez y parte) decretó la conciliación obligatoria que finaliza el próximo 10 de junio. La misma fue aceptada por la burocracia; sin embargo, continúa el estado de asamblea y las movilizaciones fuera del horario de trabajo. El epicentro de la lucha está ubicado en los hospitales, cuyos trabajadores han empezado a autoconvocarse y coordinar al margen de la directiva.


2. Docentes: el gobierno sufrió un revés, ya que le fue rechazado el pedido de conciliación obligatoria, a pesar de la amenaza de descontar los días de paro. El 27 hubo un paro contundente con movilización y se ha fijado un paro de 48 horas para la semana entrante.


3. Judiciales: desde hace 10 días está prácticamente paralizado el funcionamiento de los Tribunales, como resultado de las medidas de fuerza (paros, asambleas, trabajo a desgano, etc.).


4. Piqueteros: las organizaciones piqueteras de la provincia enroladas en la ANT (con la ausencia del Mijd y el MTL), más la CCC, llevaron adelante más de 12 cortes el 27 y una movilización a Casa de Gobierno el 28, donde fueron recibidos por el secretario general de la Gobernación y se concertó una reunión para resolver el tema de las garrafas y comedores. Los piqueteros presentaron un petitorio que concentra todos los aspectos de la lucha actual: aumento de salarios, situación de los planes de empleo, de los hospitales, garrafas, etc.


La lucha salarial de los empleados provinciales ha desnudado la impotencia y parálisis del gobierno provincial. Pero la burocracia no amaga siquiera a revivir la tantas veces convocada Coordinadora de Gremios Estatales.


Es necesaria la unificación de los sectores en lucha; que un plenario de delegados de base resuelva el paro provincial y arranque al gobierno los reclamos.