Sindicales
10/11/2016|1436
La marcha de la Dignidad”… junto a Boudou
El acto de las CTA que “resisten”
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La movilización de las CTA del 4 de noviembre sumó, fuera de Boudou, otras presencias “estelares”: el ex vicegobernador Mariotto, Sabbatella, D’Elía, Depetris y Esteche. Fue un acto de aparato de las organizaciones sociales y políticas K, dominado por la consigna “Volveremos”. Lo que Yasky trató de maquillar de “jornada de lucha” fue una pálida movida del kirchnerismo residual, La Cámpora, la Túpac de Milagro Sala, o la Confederación de Cooperativas de Trabajo.
En la marcha, convocada por la CTA de Hugo Yasky y la individualidad de Pablo Micheli, no se anunció ni una sola iniciativa de lucha contra el gobierno derechista que denunciaron.
La integración de la burocracia sindical K a la política de contención social de Macri y del Papa no fue gratuita: la concurrencia no superó los 8.000 asistentes, menos de la quinta parte de la Marcha Federal de hace dos meses atrás.
Esto se expresó descarnadamente en la nula presencia sindical. La movilización docente fue marginal. Contando benévolamente, UTE llevó 100 personas; Suteba, 400; más otros 300 de Ctera, incluyendo la delegación de Amsafe, de la secretaria general Sonia Alesso. El otro brazo sindical, ATE-Capital, no superó los 400 trabajadores, incluyendo lo aportado por las juntas internas antiburocráticas. El secretario general de ATE-Capital, uno de los patoteros del Bauen, fue también orador. La Federación de Trabajadores de la Industria y la Energía (Fetia), de Pedro Wasiejko, destronado por el clasismo en el Sutna, acompañó a su líder con un puñado de alrededor de 30 asistentes.
Fracaso y reafirmación
En su discurso, Hugo Yasky reconoció amargamente el retroceso. "Los diarios -dijo- dirán que no hemos sido los miles de la Marcha Federal". Reivindicó los doce años K de supuesta “reconquista de derechos” y denunció lo que sería una campaña de persecución y revanchismo contra los dirigentes cristinistas (aunque bajó a Boudou del palco). Defendió a la industria y al empresariado nacional y reclamó el cierre de las importaciones que compiten con los capitalistas argentinos -un programa que comparte íntegramente con la burocracia de la CGT. Por la ausencia de paro, sobre el cual él viene hablando desde hace tanto tiempo como los "gordos", le echó la responsabilidad a la CGT, a la cual, a renglón siguiente, convocó a la unidad. Como prenda de ella, Yasky entregó cualquier reclamo o medida de fuerza, complementando la política de concertación de UPCN, que arregló un bono de fin de año de paupérrimos 2.000 pesos para 150.000 agentes nacionales, dejando de “garpe” a 800.000 docentes y más de 2 millones y medio de estatales provinciales y municipales.
Los Suteba combativos y Ademys en una columna independiente
La docencia antiburocrática volvió a marchar en una columna independiente de la burocracia sindical. Cuando comenzaron los discursos del “volveremos, volveremos” nos retiramos del acto. Ahora los Suteba combativos se preparan para ganarle las asambleas de memoria y balance a la Celeste en todas las seccionales (en el comienzo de un año electoral en Suteba y Ctera) y los compañeros de Ademys van a elecciones a fines de noviembre, para defender la recuperación del sindicato de parte de la Multicolor.
En este cuadro, los Suteba combativos preparan un nuevo plenario provincial de delegados para definir la continuidad del plan de lucha con la posible convocatoria de un nuevo paro provincial, en defensa del salario y de la escuela pública.