Sindicales

6/7/2000|672

La Marcha del Trabajo: Por la huelga general y el Congreso de Bases

La CTA ha convocado a una Marcha del Trabajo de Rosario al Congreso Nacional, desde el 26 de julio al 9 de agosto. Su reclamo es un seguro de desempleo y formación de 380 pesos para los jefes de familia desocupados y de una asignación de 60 pesos por hijo. La Marcha se propone presentar un millón de firmas al Congreso para viabilizar una “consulta popular”.


La sola experiencia de la lucha de los estatales, en la que ATE y CTA están sometiendo a los trabajadores a un conjunto de iniciativas aisladas (y por lo tanto potencialmente desgastantes), que evitan plantearse el objetivo de organizar la huelga general, revela que la Marcha enfrena una aguda contradicción. De un lado, se inscribe en una política de tregua, como se manifiesta en la falta de continuidad de una lucha de conjunto luego del paro general del 9 de junio; y del otro expresa la enorme presión de los diversos gremios que sufren la reducción de los salarios en forma directa. Lo mismo ocurre con la reivindicación de los 380 pesos, pues por un lado, es parte de la política de la UIA y el Grupo Productivo que quiere convertir a ese seguro en el salario de contratación de nuevos trabajadores, o sea establecer un techo salarial; y, por otro lado, expresa el reclamo de centenares de miles de familias para que la clase capitalista ponga la plata de un seguro permanente al desocupado.


Tres meses atrás la CTA había establecido su reclamo en 450 pesos, y ahora lo presenta como un “seguro de empleo y formación”, y no como seguro al desocupado. Ofrece, además, emplear a los desocupados allí donde “la oferta productiva se encuentre en situación crítica o de paro forzado”, es decir en empresas en quiebra (ver documento del Instituto de Estudios y Formación de la CTA). Los 380 pesos, entonces, apuntan a resolver menos los problemas de los desocupados (la llamada canasta familiar básica –o de subsistencia– es de 600 pesos) que los de los capitalistas en bancarrota. Esta propuesta de ‘techo salarial’ está crudamente planteada en el caso de los jóvenes, que se convierten así en carne de cañón del capitalista, ya que el techo salarial va a ser tomado como referencia para el conjunto del movimiento obrero. (De Gennaro iría incluso por menos, pues ha dicho que “nos sentaremos a concertar si existe alguna respuesta a los reclamos de los trabajadores”).


En oposición al intento de conciliar la política de tregua con la presión y la lucha de las masas, con planteos equívocos, limitados y, en determinado punto, propatronales y con métodos de acción dispersos y carentes de la perspectiva de una lucha de conjunto contra el gobierno fondomonetarista; en oposición a esto, llamamos a valernos de la Marcha del Trabajo para que sirva como trampolín de dos cosas: del impulso a la huelga general hasta derrotar el ajuste, y para desarrollar las posibilidades de congresos de delegados mandatados en todo el movimiento popular y de un congreso de esas características de toda la clase obrera (ocupados y desocupados).


El Congreso de Bases no solamente satisface las condiciones para una lucha de conjunto. No solamente sirve para marcar que un sólido frente de las masas y por lo tanto independiente de los explotadores, es muchísimo más eficaz y poderoso para la lucha que los frentes nacionales de cúpula con los grandes monopolios pro-imperialistas.


El Congreso de Bases es necesario, por sobre todas las cosas, para que los trabajadores fijemos nuestra posición para salir de la crisis y para que la opongamos, de cara a toda la sociedad y al movimiento de lucha internacional contra el imperialismo, a la incapacidad mortal y completa de los capitalistas y de todos y sucesivos gobiernos.


Elevemos firmas y pronunciamientos, sí, pero no al Parlamento del ajuste antiobrero permanente sino para que nuestras propias organizaciones impulsen la huelga general y el Congreso de Bases, en el marco de una Marcha combativa de cortes de rutas, asambleas, piquetes y unión entre las bases de los diversos sindicatos.