La convocatoria de Zanón congregó a 15 fábricas en lucha, ocupadas y bajo gestión de sus trabajadores. Fueron de la partida, entre otras, Clínica Junín, Clínica Medrano, Renacer (ex Aurora Grundig), Sasetru, Transporte del Oeste, Brukman y representantes de Gatic, de San Martín y de La Rioja.

La concentración puso de relie­ve los grandes problemas que afec­tan a estas fábricas. En primer lu­gar, la amenaza de desalojo inmi­nente, en particular, a Zanón. Pre­cisamente, la primera escala de la movilización fue en el Juzgado, don­de se tramita el concurso de la ce­rámica neuquina. Los delegados de Zanón denunciaron que el nuevo juez de la causa tiró la pelota afue­ra respecto al reclamo de los traba­jadores, que exigen la administra­ción legal de la fábrica por parte de los trabajadores. En segundo lugar, la ofensiva contra Zanón se da en el marco del vencimiento de las ex­propiaciones transitorias de dece­nas de empresas, que corren el pe­ligro de volver a manos de sus an­tiguos dueños o de sus acreedores.

Zanón ha elevado al Congreso el pedido de sanción de una ley nacio­nal de expropiación definitiva de las empresas recuperadas, aunque no se conoce su contenido. En tercer lu­gar, fueron coincidentes las denun­cias sobre el sabotaje económico del Estado. Sasetru denunció que el emprendimiento está paralizado por la negativa del gobierno de po­ner los quinientos mil pesos que ha­rían falta para que pueda producir. ¡Renacer subrayó el doble discurso del gobierno, quien ni siquiera pu­so en marcha el fondo fiduciario pa­ra ayudar a las fábricas recupera­das que anunció el año pasado! Con­cretamente, la ex Aurora Grundig padece agudamente la ausencia del prometido auxilio estatal.

Llamamos a impulsar un plan de lucha por la defensa de las fá­bricas ocupadas y en lucha, y dar una respuesta de conjunto.