En la madrugada de este viernes fue asesinado Pablo Flores, colectivero de la línea 218 que en varios ramales une Ciudadela con Cañuelas atravesando La Matanza en toda su extensión. El asesinato se produjo en la esquina de Rio Orinoco e Israel del barrio San Javier a la altura del Km 38 de Ruta 3, Virrey del Pino.

Tras el asesinato, un grupo de choferes y vecinos se concentró esta madrugada frente a la comisaría del Km 35 de Virrey del Pino en el sur del Partido para exigir justicia por Pablo. Una vez allí, tanto colectiveros como vecinos, denunciaron que las promesas en ocasión del asesinato de Leandro Alcaraz, chofer de la línea 620 asesinado en 2018, nunca se cumplieron y que los casos de agresiones y robos en los barrios de la zona son cotidianos. Los ánimos se fueron caldeando ante la falta de respuestas y hubo corridas, pedradas, patadas a la puerta de la comisaría, un patrullero y 18 autos quemados. La furia expresada frente a la comisaría muestra que son generales entre los trabajadores las conclusiones sobre la responsabilidad directa de la policía en las zonas liberadas en las que actúa el delito.

La burocracia de la UTA

Mario Calegari, secretario de prensa de la UTA declaró ‘No podemos permitir que esto suceda más’, como si el crimen de Pablo fuera el primero que ocurre entre los trabajadores del transporte. ‘Abrazamos a la familia de nuestro compañero y a todos los trabajadores que cada día sufren el horror de la violencia que ya parece incontenible, teniendo en cuenta la cantidad de episodios cotidianos de inseguridad y la crueldad irracional de los delincuentes’, escribió el gremio en un comunicado, y esa declaración la incrimina ya que frente a la ‘cotidianeidad’ de los episodios que señala no se conoció una sola medida de lucha por parte del gremio frente a una problemática que se ha acrecentado durante la pandemia, cuando la actividad fue declarada como esencial y sus trabajadores expuestos no sólo al virus sino también a recorrer calles que son prácticamente una zona liberada por las fuerzas de seguridad que hace poco se amotinaron y obtuvieron un 40% de aumento en menos de 24hs.

Los choferes, cansados de la falta de respuestas, reclamaron la presencia de diferentes autoridades y el Ministro de Seguridad de Kicillof, el milico ex carapintada Sergio Berni fue quien finalmente se presentó en el piquete de Ruta 3 y General Paz. ‘Vamos a hacer un plan para dar seguridad a los colectiveros’, fueron sus declaraciones tras conversar con los trabajadores en plena avenida. Allí antes de retirarse les pidió que retiraran los colectivos cruzados en las avenidas y levantaran los cortes. Pese a la disconformidad de los compañeros de Pablo, los delegados de la burocracia levantaron los piquetes en una asamblea sobre General Paz.

Planteo

Se abre en esta situación una nueva grieta que la burocracia sindical busca tapar. Los choferes junto al movimiento obrero se tienen que dar paso con una orientación política independiente que luche a fondo por todas las reivindicaciones. Por elementos que contribuyan a su protección pero también que mejoren el salario y las condiciones laborales. Insistimos en la necesidad urgente de instalación de cabinas de blindaje para los choferes como lo plantea el proyecto de ley presentado en 2018 que fue fruto de una elaboración en común de la diputada Romina Del Plá con choferes en lucha de la zona(hoy sólo se cuenta con una ‘pecera de nylon’ como medida de aislamiento frente al coronavirus); personal de seguridad a cargo de las empresas en los recorridos nocturnos y la iluminación de las calles en los barrios los barrios del distrito.

Por la organización independiente de los chóferes.

¡Justicia para Pablo!