Sindicales

29/6/2006|952

La Matanza: Un distrito ingobernable para la burocracia


Con 4.108 votantes sobre un padrón inflado de 7.653, las elecciones del Suteba se convirtieron en una movilización política. A pesar de que se presentaron cinco listas, la elección se polarizó entre la Celeste-Azul y Blanca y la Lista Violeta: 1.749 para la Celeste-AB, 1.452 para la Violeta, 408 para la Naranja (kirchneristas con el aval de D’Elía), 311 para la Gris y 146 para la Marrón.


 


La Celeste gastó miles de pesos en 45 rentados y abusó del poder: ganó 76 a 7 en la urna de jubilados y privados. Todo el activo que rodea a la burocracia vive o aspira a vivir del aparato sindical.


 


La Violeta, en cambio, representa al activismo de las escuelas, al Cuerpo de Delegados, que hace casi dos años no es convocado ni para recibir información, a las asambleas que ganamos una tras otra, a las movilizaciones y autoconvocatorias que el sindicato se ve obligado a tomar a riesgo de quedar afuera de los procesos (preceptores, educación física, secretarios, etc.).


 


Esa diferencia era patente en la noche del escrutinio. En las filas de la Violeta está claro que cada uno de los 1.452 votos es de un docente con ánimos de defender sus reivindicaciones. Que haber conservado la minoría aumentando el número de votos es un salto que nos presenta el desafío inmediato de obligar a la burocracia. Que la Violeta ha sido vista, una vez más, como la unidad del activismo combativo y la reserva de dirección que la docencia necesita para retomar la lucha salarial.


 


La Celeste se enfrenta a un distrito ingobernable, donde la mayoría de la docencia no responde a su directiva, ni tampoco los organismos del sindicato: Cuerpo de Delegados y Asambleas.


 


Tribuna Docente ha sido una protagonista activa de la campaña y de la defensa de la unidad de la Violeta, y defenderá con uñas y dientes el mandato dado por la docencia de La Matanza.