Sindicales
10/8/2000|676
La movilización del Conicet
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El martes 2 los investigadores, técnicos y personal del Conicet (Consejo Nacional de Ciencia y Técnica) tomaron la sede del organismo en la Capital Federal, lo que fue acompañado con ocupaciones en el interior del país. Reclaman que se les restituyan los 19 millones de dólares recortados al presupuesto 2000; la anulación de la baja del 12% en los salarios; la derogación del plan de “reestructuración” del Consejo, y la renuncia de Caputo (Secretario de Ciencia y Técnica) y Carrasco (Presidente del Conicet). Estas reivindicaciones fueron apoyadas por más de 2.000 firmas, el 30% de la totalidad de la planta dependiente del Consejo, en todas sus categorías.
El Plan Caputo…
La “reestructuración” anunciada del Conicet prevé que la mayoría de los 3.000 investigadores pase a las universidades y que la carrera de investigador quede anulada. Los 2.000 técnicos y 800 funcionarios quedarán a la intemperie, al igual que los centenares de becarios que integran actualmente el Consejo. El Conicet quedaría convertido en un “organismo residual”. Se propone un aumento del 10% de los cargos “full time” de las universidades, lo que no cubre el 50% del plantel actual de los que dependen del Consejo.
Este “pasaje”, sin embargo, responde a una política del Banco Mundial, el cual condicionó sus créditos a “la necesidad de privatizar las unidades ejecutoras de ciencia como el Conicet, lo que redundaría en la abolición de 5.589 cargos, y las actividades de investigación deberían ser realizadas en universidades públicas o privadas” (del documento “Argentina: from insolvency to growth”).
…y sus contradicciones
El plan original preveía el frente común de las camarillas universitarias y de investigadores ligadas a la Alianza. La quiebra de este frente ha potenciado la movilización actual y explica las renuncias de Mario Albornoz, un estrecho colaborador de Caputo, y de Pablo Jacovkis, que presidía el Conicet. Jacovkis y Albornoz son opositores al “shuberoffismo” (camarilla de la UBA), vinculados a sectores liberales y de la izquierda académica. Claro que la bancarrota económica agregó lo suyo, debido al recorte presupuestario y a la reducción de los sueldos estatales.
La movilización adquirió, entonces, un carácter más radicalizado. Se votaron medidas de acción directa y la formación de un Cuerpo de Delegados, propuestas por investigadores de izquierda y combativos. La línea del gobierno será, ahora, tratar de recomponer relaciones con las trenzas postergadas, con vistas a “corregir” el plan Caputo.
Para continuar la movilización actual habrá que desarrollar a fondo el Cuerpo de Delegados del Conicet en defensa de los reclamos planteados. Es necesario un frente común con los organismos de Ciencia y Técnica (Inti, Inta, Conea, etc.), las gremiales universitarias y el movimiento estudiantil.