Sindicales

31/7/2008|1048

La muerte de Víctor Encina, chofer de la UTA

La muerte del chofer Víctor Hugo Encina, asesinado por un usuario ebrio en la línea 96, ha dejado al descubierto un grave problema que día a día atraviesan los choferes del transporte de corta distancia ante la impávida mirada del gobierno y las patronales del transporte.

Contra lo que propagandizan los medios, como Radio 10, de que el paro de la UTA es extemporáneo pues los usuarios “no andan matando choferes todos los días”, la realidad de los choferes que trabajan a la noche es la absoluta ausencia de seguridad. Basta salir un viernes, un sábado o un domingo a las paradas cercanas a la salida de los boliches bailables de cualquier zona del Gran Buenos Aires para ver a un chofer, solo, enfrentado a veces a decenas de pasajeros que suben en masa hasta abarrotar el colectivo, incluso sin siquiera pagar pasajes en un cuadro de absoluto descontrol. Todo esto con la total ausencia de cualquier tipo de seguridad ni pública ni privada.

Están con causas penales y amenazas de despidos decenas de choferes de distintas líneas del GBA porque se han caído pasajeros que pretendían subir a colectivos abarrotados. Las empresas no sólo miran para otro lado frente a este problema, sino que reducen sensiblemente las unidades de los fines de semana colocando al chofer ante la inevitable “furia” de los que esperan a la madrugada un colectivo durante horas.

Es necesaria una cabina de seguridad que aísle al chofer del pasaje. Es garantía de mejor manejo y previene de discusiones y agresiones continuas.

No hace mucho una gran lucha de los taximetreros uruguayos impuso la implantación de una mampara de seguridad que hizo decrecer sensiblemente los robos y las agresiones al conductor. Las patronales, que reciben millonarios subsidios del Estado, están en perfectas condiciones de instalar las mamparas y, además, de colocar seguridad en los lugares y horas pico y en los focos de conflictos de todos los fines de semana.

El paro es la única medida que obliga a tomar resoluciones. El gobierno nacional, en una medida insólita luego del asesinato del compañero Encina, comenzó los controles de alcoholemia… a los choferes. Es una verdadera afrenta ante un trabajador muerto.