Sindicales

12/9/1996|510

La obra social y los despidos

La situación en el Instituto de Servicios Sociales Bancarios (ISSB), y particularmente en el Policlínico (Poba), es dramática.


La intervención menemista ya ha echado al 35% del personal a través de los retiros ‘voluntarios’ (los 6.000 trabajadores se han reducido a 4.000) y en los próximos meses a 3.000 más. Varias de las enfermerías del Poba están siendo desmanteladas; en áreas donde había hasta 5 enfermeras ahora queda una sola y la amenaza del despido de los contratados cerraría varias áreas. En las últimas semanas han suspendido y cambiado de área a varios trabajadores, y la dirección del ISSB ha desarrollado una campaña de terror que va hasta listas negras de trabajadores a despedir y la persecución judicial de integrantes de la gremial (ver nota).


La inminencia de despidos a los contratados ha desencadenado un proceso de movilización. El 8 de agosto, el paro fue masivo; desde el 20 de agosto, el Poba se encuentra en estado de “asamblea permanente” y ha habido tomas y movilizaciones en las filiales del interior (Córdoba, Rosario). El 3 de setiembre, una asamblea votó realizar un paro nacional de 2 horas por turno el jueves 12 con movilizaciones, junto con la exigencia del paro general de 36 horas a las centrales obreras.


La burocracia zanolista ha avalado la reducción del personal porque está asociada con los negocios de la obra social arancelada, con la que se pretende reemplazar al actual ISSB.


El activismo y los trabajadores bancarios y del ISSB tienen la posibilidad —en el cuadro de crisis y movilización que sacude al gobierno— de frenar los despidos y golpear a la Intervención. La clave consiste en preparar la huelga general de ISSB ante el primer despido, como los desocupados de Cutral Co, como los choferes de Transportes del Oeste; con asambleas, piquetes y el apoyo solidario del resto del gremio.


La Agrupación Naranja Bancaria plantea: ningún despido; defender el conjunto de las prestaciones y la obra social solidaria; derogación del decreto 492; mantener el aporte sobre comisiones e intereses bancarios; apertura de los libros e investigación del destino de los fondos por los trabajadores; fuera la intervención de Alderete-Zanola; control del Instituto por los trabajadores. Y llama a la más amplia solidaridad del gremio.