Sindicales

7/7/2007|899

La paritaria contra la rebelión obrera


Cuando la marcha de los trabajadores de la pesca de Puerto Madryn llegue a Rawson, la capital provincial, en la madrugada del miércoles, la huelga habrá entrado en su 28º día.


 


Los obreros agrupados en el Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (Stia) ocuparon la planta de la fábrica Iberpesca, desconectaron las cámaras de frío y anunciaron que repartirían el pescado entre la población si no se les pagan las quincenas, retenidas por las patronales.


 


Los dirigentes del Stia llamaron a los comerciantes a donar comida y reforzar el fondo de huelga, “de unos 240.000 pesos, que pretenden distribuir entre 3.000 trabajadores para asistirlos con alimentos y medicamentos” y extender la huelga por tiempo indeterminado, si es posible “hasta mediados de agosto” (Ambito Financiero, 10/5).


 


El conflicto de la pesca se reabrió en Comodoro Rivadavia, “donde los trabajadores volvieron a cortar el ingreso al puerto” luego que la cámara patronal (Capip) se negara a avalar el acuerdo celebrado en esa ciudad y rechazado, a la vez, por insuficiente por los trabajadores de Puerto Madryn (Crónica Comodoro, 9/5). Los ceramistas de San Lorenzo, en la misma ciudad, también reclaman por el salario.


 


En Chubut se desenvuelve una lucha que cuestiona la estrategia del gobierno frente a la rebelión salarial y a todo el “edificio” de la flexibilidad laboral que convirtió al negocio capitalista de la pesca en un filón de oro para la burguesía “nacional” y extranjera (profundamente asociadas). En las palabras de uno de los obreros del piquete: “Primero, nosotros, luego Aluar, los ceramistas, ¿somos todos loquitos acá?”.


 


“Puerto Madryn es la ciudad mas cara del país” (diario El Chubut, 6/5). La canasta familiar tiene un valor de 2.800 pesos. El salario del obrero del pescado, casi inmóvil durante los últimos veinte años, es de 3 pesos la hora, mas un 20% por zona desfavorable, a lo que el gobierno sumó recientemente los 150 pesos del Plan Jefes y Jefas para prevenir la huelga. A salir de esta miseria llama La Nación, en una nota editorial (9/5): “exigencias desmesuradas de los sindicatos”.


 


Gobierno y burocracia, contra la huelga


 


El planteo de La Nación apunta a “los gremios marítimos y de la alimentación”, “a organizaciones con reconocimiento de la personería gremial en el nivel nacional o grupos locales sin ella, tanto en Mar del Plata (se refiere al Soip), como en Puerto Deseado” a quienes acusa de toma de rehenes, huelga con piquetes, bloqueo a la salida de buques, “prácticas que la sociedad creía desterradas”. Por eso llega a pedir que el ministro de trabajo, juegue “un papel de árbitro indelegable” en el conflicto (ídem).


 


El gobierno y las patronales del pescado —aliados de K desde su época de gobernador- han debido variar su política frente a la fuerza y extensión de la huelga. Se plantearon en un primer momento dividir el frente de lucha pactando arreglos por empresa y ciudad (como en Comodoro). Luego, frente al reclamo irreductible de los obreros de Madryn —100 por ciento al básico por fuera de los aumentos del gobierno— plantearon una paritaria nacional con la burocracia de Daer (Federación de la Alimentación - FTIA) para frenar la huelga en el sur.


 


Al mismo tiempo el gobierno actuó frente a la declaración de huelga de los obreros portuarios (Supa) en solidaridad con los de la pesca, una acción que podía paralizar la provincia, mediantre un subsidio de 350 pesos a trabajadores “a pique” que carecen de garantía horaria alguna. La burocracia de la UOM actuó en la misma dirección para “cerrar” el conflicto en Aluar. La paritaria con la que se pretende levantar la huelga y “encuadrar” a los obreros de Madryn tiene su propia crisis porque una parte de la patronal asentada en Necochea y Mar del Plata no quiere discutir un nuevo acuerdo, siendo que “los salarios de los trabajadores del sector pesquero están un 30% por debajo de lo que cobra actualmente un trabajador del sector en Madryn” (El Chubut, 4/5).


 


“Este conflicto hay que agotarlo” (Das Neves, 9/5)


 


El gobernador de la provincia, un incondicional del presidente, actúa sin dobleces a favor de los capitalistas de la pesca. Amenazó con retirarles las patentes (vencidas) a los empresarios de la pesca sin quitar una sola; aisló la huelga del resto de conflictos obreros y hoy plantea abiertamente el levantamiento de la huelga “para sentarse y seguir negociando” en una paritaria que incluye la pretensión empresaria de “sellar un acuerdo que no permita rediscutir condiciones por dos años” (Ambito, 10/5).


 


La burocracia es un factor clave en el intento de ahogo de la huelga. ¡En treinta días de huelga, la La CGT y CTA se limitaron a llamar a un día de paro regional, sin la menor convicción o continuidad. La burocracia del Soip Mar del Plata —cooptada por Kirchner Solá, ha declarado, por boca de su secretario general, que “el conflicto en el sur no tiene absolutamente nada que ver con los obreros de Mar del Plata”.


 


Sumarse al reclamo y a la huelga obrera del sur. Este es el mensaje para todos los obreros de la pesca del país.