Sindicales

1/3/2021

La presencialidad escolar y el uso transporte público plantean mayores contagios

La reanudación de la actividad presencial en las escuelas satura el uso del transporte público y conduce a la “normalidad” del hacinamiento dentro de las unidades cuando la pandemia de Covid está en pleno desarrollo, con centenares de fallecidos diarios.

Los decretos, normativas, protocolos, etc. de higiene tanto dentro de las empresas, como en los recorridos con aquello de “10 pasajeros parados” y la “distancia social” son a esta altura papel mojado y se expone brutalmente a pasajeros y choferes, separados apenas por una cortina de plástico. Las cabinas aisladas y blindadas, por higiene pero también por seguridad, bien gracias. La presión se extiende también para que aquellos trabajadores con factores de riesgo exceptuados momentáneamente de trabajar o en uso de licencias desistan de ellas y retornen al trabajo, aún con riesgo de vida.

Los gobiernos nacional y provinciales son los principales responsables de esta criminal política de apertura de la actividad, cuando la vacuna llega a cuentagotas -aunque sí hay para los amigos y familiares del gobierno, los políticos del régimen, empresarios y burócratas sindicales- y los trabajadores del transporte no están dentro de las prioridades de vacunación.

Semejante presión, en particular sobre los conductores dentro de la actividad, pero que ahora se centra por ejemplo en otros sectores de trabajadores como los docentes, es imposible enfrentarla de forma individual. ¿Qué trabajador puede plantarse sólo en contra de esto? De allí se advierte el rol claramente cómplice de la burocracia sindical de UTA, que como no lucha por el salario, tampoco lo hace contra esta política que expone nuestra salud e incluso nuestra vida y no hace nada ni siquiera para que se respeten las pocas medidas de salubridad que aún no han perdido su vigencia.

En estas condiciones se hacen necesarias asambleas que desarrollen el planteo del respeto a los protocolos de cada actividad y que definan las medidas reales y necesarias para evitar contagios y que unifiquen los reclamos salariales, de salubridad y seguridad para los trabajadores del transporte.