Sindicales
24/8/2000|678
La privatización TELAM, ATC Y Radio Nacional
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El gobierno anunció la fusión de Canal 7, Radio Nacional y Télam en un multimedios informativo. La creación de la nueva empresa bajo la forma de una sociedad anónima con mayoría estatal apunta a incorporar a los principales monopolios informativos en su directorio, los que a su turno absorverán una porción mayor del negocio. La anunciada ‘mayoría’ estatal del 51% de las acciones es un simple taparrabos.
No es casual que Lopérfido, secretario de Medios, brindara la primicia a los monopolios Clarín y La Nación, directos competidores de las empresas informativas estatales y, seguramente, principales beneficiarios del multimedios ‘estatal’.
La creación del nuevo ente se produce en medio de una feroz pelea entre los principales pulpos económicos. Uno a uno los principales diarios, canales y radios del país van siendo comprados por los grupos que responden a Clarín-La Nación, Telefónica, Vila, Cisneros y Avila, en un gigantesco proceso de concentración monopólica.
En la misma dirección, el encarecimiento del servicio llevará al ahogo de los pequeños medios del interior. Este proyecto se complementa con el proyecto de ley de radiodifusión, que autoriza a los canales y radios privados a transmitir su programación a todo el país, sin ningún tipo de intermediación. Los grandes monopolios se verán favorecidos, así, con una pauta publicitaria a escala nacional.
Tampoco es casual que Lopérfido no se haya referido a qué pasará con la publicidad del Estado, que hoy pasa obligatoriamente por Télam y que es una de las ‘joyas de la abuela’ codiciada por todos los pulpos informativos. Está en pie el intento de ‘privatizar’ el manejo publicitario de la agencia nacional de noticias.
Una de las claves en la conformación de la nueva empresa es la feroz confiscación económica de los trabajadores de los tres medios. Desde enero, la masa salarial se ha reducido de 9 a 5,4 millones, mediante la rebaja de sueldos y más de 400 despidos encubiertos. En el reportaje publicado en Clarín, Lopérfido puso al desnudo la política de flexibilización. Ante la pregunta de cómo imaginaría el funcionamiento del nuevo multimedios, dijo: “Si hay un incendio, y hay un periodista de lo que hoy es Télam cubriéndolo, ese periodista puede salir al aire en ese momento, por TV y radio, además de hacer su despacho informativo”.
En el mismo sentido apunta la creación de una única gerencia de noticias, de personal y de administración. Una brutal flexibilización laboral dejará una nueva masa sobrante de trabajadores.
Nada fue dicho sobre cómo será el traspaso de los trabajadores de las tres empresas al multimedios. La creación de un ente residual crea el peligro de una digitación que deje afuera al activismo. Tampoco se ha informado en qué condiciones y bajo qué convenio se hará.
Durante años las agencias informativas del Estado fueron sometidas al pillaje y al sostenimiento de las distintas camarillas. Han sido fuente de prebendas, de pago de ‘servicios’. Este proceso sigiloso y conspirativo fue denunciado en reiteradas oportunidades por los trabajadores. El menemista Haddad fue acusado de haber recibido más de 3 millones de dólares durante el año pasado. El ascenso de la Alianza no ha cambiado un ápice la situación: más bien, como era de esperar, la ha potenciado. Su principal publicista, Agulla, figura en la grilla por el reparto del botín de la publicidad de Télam.
La creencia de que un ‘control parlamentario’ de los entes informáticos estatales le daría ‘transparencia’ a su funcionamiento, y que, más aun, sería un freno al proceso de privatización, es un sin sentido que traduce expectativas en quienes son los responsables del vaciamiento de las empresas informativas y esquilmaron el presupuesto estatal en beneficio de sus aparatos partidarios.
Por eso decimos:
* Ningún despido. No a los retiros ‘voluntarios’.
* Por la incorporación de todo el personal al nuevo multimedios.
* Derogación del decreto 430.
* Respeto del Estatuto del Periodista y del trabajador de prensa y defensa de los convenios.
* Por una escala salarial única, sobre la base de los mejores salarios.
* Por una agencia nacional de noticias bajo el control de los trabajadores.