La rebelión no-docente no ha concluido

El miércoles 25 los trabajadores no-docentes de varias facultades se autoconvocaron en asambleas para repudiar el acuerdo “paritario” que la dirección gremial de Apunt había firmado reencasillando al personal no-docente de la UNT. En algunas facultades se decidió trabajar a reglamento, en otras el paro; en las tres facultades del Parque 9 de Julio (Odontología, Psicología, y Filosofía y Letras) la decisión fue más drástica pues se votó la toma.


El nuevo convenio colectivo de trabajo para el personal no-docente impone una estructura de cargos y de carrera laboral que no está basada en la realidad de las universidades nacionales sino en las necesidades de ajuste y de ahogo presupuestario.


La rebelión autoconvocada se ha orientado principalmente contra la burocracia sindical, que sólo avaló e impulsó este convenio trucho, y que apoyó un reencasillamiento a la baja y la pérdida de categorías de muchos trabajadores.


La rebelión quebró el bloque oficial de decanos en el Consejo Superior y obligó al rector a dar marcha atrás con el reencasillamiento. La nueva comisión paritaria está integrada, sin embargo, por los mismos representantes designados por la burocracia de Apunt, porque en la lucha no se planteó desconocerlos y nombrar paritarios elegidos en asamblea y bajo el control de las bases. Quien sí ha cambiado los paritarios es el rector, y esto le ha valido una cuota de expectativa de parte de los autoconvocados.


La dirección del movimiento autoconvocado ha abierto una fuerte expectativa en la maniobra del rector, a partir de sus declaraciones de que pediría ampliar la pirámide de cargos. Paralelo a ello, el rector está procurando nuevos interlocutores frente a una camarilla sindical desgastada.


Fuera los paritarios elegidos por el gremio, por una asamblea general no docente que elija una nueva comisión paritaria para discutir los reclamos. Comité de lucha en cada facultad para avanzar en la organización que nos permita ganar.