Sindicales

12/7/2007|1000

La rebelión sigue

Luego del extraordinario paro del 28 y 29 de junio, el 5 y 6 de julio los trabajadores volvimos a paralizar el banco en todo el país.


Esta lucha tiene el carácter de una verdadera rebelión; la burocracia zanolista ha perdido el control, y los paros se hacen por fuera de ella y en su contra.


Se reclama un aumento de 300 pesos con coeficientes, reintegro de impuesto a las ganancias y 2% por año de antigüedad. Todos estos reclamos dan por tierra el 14% firmado en marzo, y el aumento de ticket y los 15 pesos por año de antigüedad firmados luego del paro del 23 de mayo.


Cuando todo el banco paró contra ese acta-acuerdo por considerarlo insuficiente, el zanolismo intentó reubicarse sumándose a última hora a la convocatoria al paro del 26 y 27 de junio. El paro surgió de las gremiales del interior, de las listas opositoras de Casa Central y de asambleas autoconvocadas en todo el país. Para justificar su repentino cambio de frente, Zanola y la Comisión Gremial Interna de Casa Central argumentaron que el banco no estaba dispuesto a respetar el acta-acuerdo de mayo, pretendiendo convertir el paro que se hacía contra el acta, en un paro para que el acta "se aplique". Burda maniobra que se desenmascaró en cuanta asamblea hubo.


Ahora Zanola dice querer unificar el reclamo y seguir la lucha. Lo que no pudo lograr desde afuera de la lucha, quiere conseguirlo desde adentro: destruir esta rebelión.


El directorio "nacional y popular" se juega a quebrar la lucha, y mientras lleva escribanos a las sucursales para tomar lista de los huelguistas, mandó a un funcionario a ofrecer arreglar el conflicto sobre la base de promesas de recategorzación al personal, "ver" lo de la antigüedad y otorgar por única vez una suma equivalente al 40% del medio aguinaldo. Sobre la base de estas promesas pidió una tregua de 10 días.


Los aliados del directorio


El 5 de julio, en pleno paro, la Comisión Interna de Casa Central (zanolista) decide, sobre la base de un plenario con sus delegados (unos 20 sobre más de 150), aceptar la tregua y suspender el paro del 6.


La indignación se manifestó en todo el país, que mantuvo el paro en su aplastante mayoría, obligando a Zanola a decir que no avalaba la decisión de la Interna de Casa Central y mantenía el paro.


En Plaza de Mayo, con todo el apriete de la patronal, sólo dos cajeros abrieron, custodiados, claro, por los muchachos de la Gremial Interna (entre ellos, un miembro del MST), que están haciendo el triste papel de fuerza de choque de la patronal.


Esta Gremial Interna, que ganó la elección por seis votos con un fraude escandaloso bajo el ala de Zanola, está más zanolista que el propio Zanola en cuanto a su actitud propatronal y carnera. El repudio en la base es tan generalizado que hasta el propio Zanola tuvo que soltarle la mano.


La rebelión sigue en pie y están dadas las condiciones para la victoria.