“CRISIS” EN VOLKSWAGEN CORDOBA

En el Centro Industrial de Córdoba se viven incertidumbres como nunca se han vivido. La persecución y la discriminación hacia los trabajadores de la Lista 2, opositora a la burocracia, están quedando enmarcadas además en un panorama que abarca, ahora sí, a todos los trabajadores de VW: crisis, amenazas de despidos y suspensiones, pérdida de clientes, caída de ventas, etc. Por lo menos es lo que nos quieren vender la patronal y la burocracia del sindicato.

Es indudable, y está a la vista, que la metalmecánica nacional está entrando en una etapa complicada, por muchos factores que incluyen a la asquerosa concomitancia Smata-Adefa, pero mucho de lo que nos pasa y que dicen que pasará huele a verso, a traición, a entregada: a corrupción lisa y llana.

El pasado martes, la gerencia de planta citó a una reunión a todos los trabajadores de la planta MQ 250 en el comedor general. El mensaje del gerente de calidad y del gerente de producción fue claro: “la producción de MQ 250 está gravemente amenazada por múltiples reclamos de calidad; Skoda ya no quiere nuestro producto; España tampoco. Estamos produciendo mala calidad y es por una falta de compromiso de todos; la corporación nos amenaza con cerrar la planta; todos ustedes deben dejar la vida por la empresa”. La reunión gerencial tomó ribetes inesperados. Se transformó en una asamblea cuando los delegados de la Lista 2 arremetieron contra tanta sanata. Fabián Basile tomó la palabra a la fuerza (porque no querían dejarlo hablar) y dejó en claro, delante de todos, que si verdaderamente existe tal magnitud en los problemas con la calidad y que si peligra nuestra fuente de trabajo es responsabilidad de la peor gerencia que la planta de Córdoba ha tenido nunca, y no de los compañeros, quienes prestan sus servicios de igual forma que en los momentos más exitosos y premiados: “los delegados observamos y les denunciamos a diario innumerables actos de corrupción, de irresponsabilidad y de negligencia de quienes están acá y que hoy nos vienen a plantear que todo está mal”. Luego, el delegado Julio Valdéz aportó: “La gerencia de Recursos Humanos viene llevando a cabo un plan de eliminación de la Lista 2, y de premios y castigos a los trabajadores que piensan de una u otra forma, y pretenden que la gente trabaje contenta”. Un gran aplauso de todos los trabajadores les dejó en claro a los gerentes que no nos chupamos el dedo, y así se quebró la intensión de una simple y tranquila reunión informativa gerencial al transformarse en una asamblea. Los trabajadores, tan castigados y ninguneados, que no tienen nunca una oportunidad así, pudieron expresarlo delante de los responsables. Y a los responsables les cayó como agua fría por la espalda.

Los mecánicos estamos pidiendo a gritos una recomposición salarial y paritarias de verdad, diciéndoles no a los despidos y suspensiones, no a las crisis inventadas y que si hay alguna crisis, las paguen las empresas. Todo esto que se nos plantea es más de lo que ya nos tienen acostumbrados: el miedo como sistema de control de las patronales y las burocracias sindicales para anular los derechos que los trabajadores tenemos y los reclamos que hacemos todos los días.

Durante una década se batieron récord tras récord de producción y ventas de la industria automotriz en Argentina; en particular en la planta de VW Córdoba, con éxitos inmensos, de los que los trabajadores no fueron propuestos como partícipes nunca. Pero sí somos partícipes de las crisis y las bajas, con las cuales se ajustan nuestros salarios y se ponen en peligro nuestras fuentes de trabajo. Como dice el secretario gremial que tenemos: “El hilo, muchachos, se corta por lo más delgado”. Esta cuestión, ya demasiado burda, nos ha cansado. Siempre aparecen estos panoramas cuando se presentan reclamos salariales y, como en nuestra planta, elecciones para delegados a fin de este año. Nuestros desafíos son muchos y muy complejos. Sobre todo, los que tenemos con nosotros mismos.

Luciano Fiorelli
delegado de Volkswagen