Sindicales

2/9/2024

La salida de Telerman, otro capítulo en la crisis de dirección del Teatro Colón

Vamos por reuniones sectoriales y asambleas que lleven adelante un plan de lucha por nuestros reclamos históricos.

Telerman - Bocca.

En los últimos días los trabajadores del Teatro Colón tomamos conocimiento -solo a través de redes sociales – sobre la decisión del Ejecutivo de la ciudad de avanzar en el reemplazo de Jorge Telerman, cabeza de dicha dirección. Su lugar será ocupado por Julio Bocca quien llega luego de haber gestionado el Ballet del Sodre, teatro donde fue fuertemente cuestionado por maltratos y despidos de trabajadores.

Esto constituye un salto en la crisis y en la precariedad de las condiciones laborales. En sus más de dos años de gestión, Jorge Telerman tiene como logro haber desactivado los reclamos que los trabajadores veníamos llevando adelante sin entregar ninguna concesión relevante. El creciente descontento y desconfianza en la desgastada y casi extinta delegación gremial de Sutecba llevó a la organización independiente por fuera de ese aparato sindical pero también a la aparición de UPCN – ambos alineados a la entreguista CGT -, aparato sindical también marcado por la parálisis y la tregua con todos los gobiernos que permiten el saqueo que lleva adelante el gobierno de Milei y sus aliados.

Hay que decir que los puntos reivindicativos más importantes de los reclamos siempre se plantearon en torno a la recomposición salarial, el pase a planta permanente, las condiciones laborales y en algunos casos, el cese de los maltratos por parte de determinadas conducciones. Tal y como es usual, la llegada de una nueva dirección jerárquica- en el caso de Telerman- funciona como fusible o corta fuego que da tiempo para re organizar y continuar con la línea política de esa misma etapa. Así es que el propio desenvolvimiento de la política privatista y extraccionista llevada adelante por la eyectada dirección tiene como logro haber perpetuado el fraude laboral, la caída en la producción propia y la creciente privatización de las tareas a costa de los cuerpos estables, así como el uso del los diferentes espacios edilicios priorizando la recaudación para negociados capitalistas, por encima del propio funcionamiento histórico del teatro. Nada nuevo.

Lo cierto es que ni el pase a planta permanente, ni los concursos, ni la posibilidad de los corrimientos necesarios para cubrir todos los puestos vacantes fueron una realidad planteada por la dirección saliente, pero aún menos por la entrante. El norte que plantea el “teatro sostenible basado en la ejemplariedad” de la nueva etapa de Bocca/Grieco reproduce en potencia lo peor de las condiciones laborales impuestas por la precarización y el fraude laboral que sufren casi 300 trabajadores contratados del TC, pero también avanza sobre las condiciones históricas de los trabajadores de planta permanente.

Es así que el ritmo de trabajo de algunos sectores es realmente agotador y tiene como consecuencia la afectación de la salud de infinidad de trabajadores que, como si fuera poco, debemos padecer la incertidumbre a la que nos enfrentamos cada vez que debemos utilizar la aplicación MIA.

En consecuencia, tenemos la oportunidad de retomar los esfuerzos por crear etapas de organización independiente de la burocracia y de las camarillas de rapiña que hace años dirigen nuestro teatro. Vamos por reuniones sectoriales y asambleas que lleven adelante un plan de lucha por nuestros reclamos históricos.

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