Sindicales

29/11/2016

La Serenísima: achique, reducción de personal y grave peligro ambiental


La Serenísima –que emplea actualmente a alrededor de 900 obreros- está llevando adelante un proceso de desinversión que se complementa con un intento de despidos masivos. En las últimas semanas, se han producido varias suspensiones de compañeros, y la empresa avanza con los retiros voluntarios.


La multinacional Danone, dueña actual de la empresa y que ha embolsado millones de pesos de ganancias en los últimos años, viene achicando sistemáticamente la actividad de la planta  que, en su momento, llegó a superar los 1000 obreros.


La patronal pretende reducir unos 300 puestos de trabajo de diversos sectores. Para ello impulsa los retiros voluntarios. Por otra parte, en este cuadro de ajuste, la patronal quiere  encuadrar a los trabajadores dentro del convenio de 44 horas semanales, ya que el actual de 7 x 2 (7 laborales y 2 de descanso) no está homologado desde hace más de un año. Este cambio no solo modificaría los días de descanso, sino que traería como consecuencia una brutal reducción del salario, que podría alcanzar a más $10 mil, lo que ha generado gran inquietud entre los trabajadores.


Ajuste en la inversión


Por otra parte, se hace notoria la falta de recursos destinados a la producción, a los arreglos edilicios y a los mantenimientos preventivos y/o predictivos. La fábrica se encuentra funcionando al 50% y los compañeros se encuentran parados, al lado de máquinas, “fuera de servicio”.


También falta inversión en seguridad. El departamento de Seguridad e Higiene es sólo un ente burocrático, que existe únicamente porque lo marca la ley. Se trabaja con 30 toneladas de amoníaco en la planta y la falta de mantenimiento lo convierte en una bomba potencial.


En anteriores fugas se tuvo que evacuar el llamado "Barrio Viplastic" y hubo un trabajador de mantenimiento que perdió la visión de un ojo y parte de la del otro.


La planta de tratamiento de efluentes líquidos es fundamental para no tener un impacto sobre el barrio, que es prácticamente parte de la fábrica. Sin embargo, funciona solo en un 40 por ciento. Las consecuencias de esto aún no se notan por la baja en la producción. Si los niveles fueran los  normales, tendría un impacto ambiental de grandes proporciones.


Por su parte, el municipio no realizó las inversiones necesarias en materia energética. Y el intendente del FpV, Mariano Cascallares, no solo está al tanto de esta bomba de tiempo, sino que es cómplice de la situación de vulnerabilidad que viven los vecinos.


Las obras realizadas por Edesur para alimentar de electricidad en forma ininterrumpida, es reducida por transformadores, que ahora se encuentran en estado de abandono y los tableros no funcionan.


La burocracia mira para otro lado


Los trabajadores sabemos que luego del vaciamiento productivo vienen las pérdidas de los puestos de trabajo. Así lo vivimos cuando sucedió en la cercana Cresta Roja.


La conducción del sindicato de la industria lechera (ATILRA), que encabeza Héctor Ponce, ha dejado pasar muchos cierres y despidos en los últimos años. Además, en la última paritaria, el sindicato firmó un acuerdo salarial a la baja, aceptando un 23% de aumento en tres cuotas, semestral y sin compromiso firme de reapertura.


Los trabajadores de La Serenísima, necesitamos abrir un proceso de deliberación, debatir en asamblea la situación de la empresa y darnos un plan de acción para defender el salario y los puestos de trabajo y para exigir las inversiones necesarias que debe hacer Mastellone-Danone.