Sindicales

4/8/2008|890

La situación en las ex plantas de Gatic


Desmintiendo la propaganda patronal (y de Solá), la toma de posesión por Gotelli de la ex fábrica Gatic-Suárez (hoy Indular) no significará la reincorporación al trabajo de los 1.700 obreros suarenses parados desde hace dos años. Por el contrario, Gotelli quiere avanzar en la tercerización de la planta.


 


Al día de la fecha han entrado a trabajar sólo entre 150 y 200 trabajadores que están contratados por tres meses. El dato es que el propio Gotelli ha anunciado que parte del trabajo de Indular se hará a través de los “talleres” que vienen funcionando desde que cerró Gatic. Estos “talleres” no pertenecen a Indular, pero utilizan maquinaria de Gatic y ahora pasarían a actuar como tercerizadas reconocidas (desde su instalación muchas de estas cuevas fueron y son patrocinadas por la propia Municipalidad como “emprendimientos locales”, a pesar de que tienen más de 500 trabajadores en negro, sin ninguna protección y que cobran unos 200 pesos en promedio). En los cálculos mentirosos de Gotelli se incorporan como “trabajando” a los obreros de los talleres sin relación de dependencia.


 


Que no hay ningún plan de incorporación masiva lo confirma Gotelli a la prensa cuando condiciona el ingreso de nuevos trabajadores a la regularización del ingreso de materia prima, pero por sobre todo a la “marcha del mercado”. Para los trabajadores se trata de una doble estafa, ya que en su inmensa mayoría no volvieron al trabajo (a esto hay que sumar otra tanda de desocupados que se anotó con la expectativa de que iba a haber trabajo) y tampoco cobraron las deudas pendientes que dejó Bakchellián (salarios y aportes jubilatorios impagos). Con la tercerización (con el apoyo incondicional del intendente de Suárez, el antiobrero Moccero) Gotelli quiere desentenderse del pago de salarios (los talleres funcionan con “planes”) y también de cualquier demanda obrera.


 


Este choque entre las necesidades de cientos de desocupados suarenses y el 85% de los despedidos de Gatic plantea con premura el reclamo de ¡que entren todos!, y un curso de organización y asambleas por adentro y por afuera de la fábrica para llevarlo adelante (los despedidos de Gatic están changueando o trabajando en el campo).


 


 


Cooperativa de Pigüé


 


Los trabajadores de Pigüé obtuvieron un importante triunfo con la tenencia de la Cooperativa (que es de carácter precario). Para esto volvieron a ocupar las plantas en enero (en diciembre se aprobó la expropiación en la Legislatura, pero no se hacía efectiva porque el mismo día un juez había fallado a favor de Gotelli). Producto de esta situación -y con la mano de Solá, que con el fallo habilitó a Gotelli para que inicie juicio contra el Estado y se cobre una indemnización millonaria- los trabajadores sufrieron permanentes amenazas de desalojo (estaba el antecedente de la ocupación del año pasado que fue violentamente reprimida por la policía y por orden de la Gobernación). La tenencia, aún temporal, definió una situación y fue largamente festejada por los compañeros.


 


Se trata de una tenencia onerosa y por lo tanto sujeta al pago (y rendimiento) de la Cooperativa. Los dirigentes del MNER hicieron trascender una propuesta de pago de unos cinco millones de pesos en 28 cuotas anuales, que la Cooperativa tendrá que discutir si acepta o no (otro tanto sucede con la forma de “control” y “auditorías” que se proponen). A diferencia de lo que sucede en Suárez, la Cooperativa de Pigüé anunció un programa de incorporación de todos los compañeros y lo puso en práctica. Un aspecto clave será la movilización de los compañeros para que el Estado se haga cargo de los subsidios necesarios para poner en marcha la producción y establezca un aporte especial para garantizar el salario y la cobertura social de los compañeros (esto permitiría elevar el piso salarial de 600 pesos que están discutiendo los compañeros y eventualmente tomar más trabajadores). El control obrero es el cuerpo y alma de toda fábrica recuperada (se trata de un programa que va más allá de una fábrica en particular y que plantea un acción común con otras empresas gestionadas por los trabajadores).


 


Para los compañeros de las ex Gatic de Suárez, Pigüé y otras localidades, sigue vigente el programa común de exigir el pago de todas las deudas con los trabajadores. Es el Estado el que debe garantizarlo, y cobrárselo a Bakchellián.