Sindicales

29/8/2001|719

La última palabra no la tiene Yasky

La decisión de la dirección de levantar el paro ha desatado una verdadera rebelión en Suteba. La burocracia recibió verdaderas palizas políticas en numerosas secciónales del conurbano. Masivas asambleas (600 en General Sarmiento, 700 en Lomas, 600 en Várela) pasaron literalmente por encima de los dirigentes y repudiaron el acuerdo urdido por Yasky con Ruckauf. En diversos distritos (Avellaneda, Lanús, Morón, General Sarmiento), los docentes se autoconvocaron y en la agitada jornada del martes se concentraron en las puertas de sus secciónales para expresar su rechazo al levantamiento, y un sector se trasladó a la sede central para manifestar su protesta. El conocimiento de la noticia del “acuerdo” coincidió con la realización de marchas multitudinarias en varios distritos, dando lugar a vivas expresiones de repudio. La expresión más alta de este cuestionamiento, quizás, es la que tuvo lugar en Bahía Blanca, donde una asamblea masiva, luego de impugnar el levantamiento, decidió, con la presencia de un escribano, destituir a la comisión directiva del sindicato y reclamar, del mismo modo, la destitución de Yasky. El levantamiento del paro fue logrado a través de una grosera manipulación de la votación. El conurbano votó por abrumadora mayoría contra el pacto y proseguir la huelga (ver declaración de la lista azul y blanca-rosa-verde).


La resolución fraudulenta del plenario de secretarios generales está lejos –teniendo presente este cuadro– de haber clausurado el conflicto. En el transcurso de la huelga asomó una nueva dirección, nacida en las autoconvocatorias y en la iniciativa de delegados y del activismo combativo, que arrancaron el paro y fueron los motores de la huelga. Han florecido coordinadoras interescuelas, comités de enlace zonales y distritales, los que se están convirtiendo progresivamente en una suerte de poder paralelo a la burocracia en sus respectivas localidades. Por lo pronto, están previstas innumerables reuniones, asambleas, autoconvocatorias, marchas y movilizaciones, llamadas por iniciativas de estos organismos, para decidir los pasos a seguir y continuar con la lucha planteada.


Están reunidas las condiciones para superar la traición de Yasky y Cía. El pacto no abre ninguna salida, porque la perspectiva es un agravamiento del ajuste. En este escenario, cobra especial importancia el llamamiento conjunto de la lista Azul y Blanca, Rosa, Verde, a no acatar el levantamiento de la lucha docente, concurrir a las escuelas, declarar el estado de asamblea y convocar a una movilización el viernes próximo, que partirá de Congreso.


El 6 de septiembre, fecha en que están convocadas las elecciones de Ctera, toda la bronca e indignación acumulada debe traducirse en un masivo voto a favor de la lista Azul y Blanca, Rosa, Verde. Las elecciones gremiales deben ser utilizadas como un terreno para combatir esta nueva traición y por retomar la huelga.


Una victoria de la lista en distritos estratégicos, y en particular en la provincia de Buenos Aires, apuntalará esta perspectiva y reforzará la lucha por la construcción de una nueva dirección. Podemos terminar con décadas de frustraciones. Las circunstancias históricas reclaman que la lista piquetera, representada por la Azul y Blanca, Rosa, Verde, asuma la conducción del sindicato.Pablo Heller


La decisión de la dirección de levantar el paro ha desatado una verdadera rebelión en Suteba. La burocracia recibió verdaderas palizas políticas en numerosas secciónales del conurbano. Masivas asambleas (600 en General Sarmiento, 700 en Lomas, 600 en Várela) pasaron literalmente por encima de los dirigentes y repudiaron el acuerdo urdido por Yasky con Ruckauf. En diversos distritos (Avellaneda, Lanús, Morón, General Sarmiento), los docentes se autoconvocaron y en la agitada jornada del martes se concentraron en las puertas de sus secciónales para expresar su rechazo al levantamiento, y un sector se trasladó a la sede central para manifestar su protesta. El conocimiento de la noticia del “acuerdo” coincidió con la realización de marchas multitudinarias en varios distritos, dando lugar a vivas expresiones de repudio. La expresión más alta de este cuestionamiento, quizás, es la que tuvo lugar en Bahía Blanca, donde una asamblea masiva, luego de impugnar el levantamiento, decidió, con la presencia de un escribano, destituir a la comisión directiva del sindicato y reclamar, del mismo modo, la destitución de Yasky. El levantamiento del paro fue logrado a través de una grosera manipulación de la votación. El conurbano votó por abrumadora mayoría contra el pacto y proseguir la huelga (ver declaración de la lista azul y blanca-rosa-verde).


La resolución fraudulenta del plenario de secretarios generales está lejos –teniendo presente este cuadro– de haber clausurado el conflicto. En el transcurso de la huelga asomó una nueva dirección, nacida en las autoconvocatorias y en la iniciativa de delegados y del activismo combativo, que arrancaron el paro y fueron los motores de la huelga. Han florecido coordinadoras interescuelas, comités de enlace zonales y distritales, los que se están convirtiendo progresivamente en una suerte de poder paralelo a la burocracia en sus respectivas localidades. Por lo pronto, están previstas innumerables reuniones, asambleas, autoconvocatorias, marchas y movilizaciones, llamadas por iniciativas de estos organismos, para decidir los pasos a seguir y continuar con la lucha planteada.


Están reunidas las condiciones para superar la traición de Yasky y Cía. El pacto no abre ninguna salida, porque la perspectiva es un agravamiento del ajuste. En este escenario, cobra especial importancia el llamamiento conjunto de la lista Azul y Blanca, Rosa, Verde, a no acatar el levantamiento de la lucha docente, concurrir a las escuelas, declarar el estado de asamblea y convocar a una movilización el viernes próximo, que partirá de Congreso.


El 6 de septiembre, fecha en que están convocadas las elecciones de Ctera, toda la bronca e indignación acumulada debe traducirse en un masivo voto a favor de la lista Azul y Blanca, Rosa, Verde. Las elecciones gremiales deben ser utilizadas como un terreno para combatir esta nueva traición y por retomar la huelga.


Una victoria de la lista en distritos estratégicos, y en particular en la provincia de Buenos Aires, apuntalará esta perspectiva y reforzará la lucha por la construcción de una nueva dirección. Podemos terminar con décadas de frustraciones. Las circunstancias históricas reclaman que la lista piquetera, representada por la Azul y Blanca, Rosa, Verde, asuma la conducción del sindicato.