VISTEON

La dirección de la UOM de Quilmes -después de anunciar una triunfante “mediación” con la ministra de Industria Débora Giorgi en la que “se intimó a Visteon” a que justificara el cierre de la planta- debió admitir rápidamente su fracaso.

El propio “Barba” Gutiérrez participó de la asamblea que realizaron los trabajadores para discutir las novedades del conflicto. Allí, 26 empleados le mostraron los telegramas de despido y las acreditaciones de sus indemnizaciones en sus cuentas bancarias.

El secretario de la UOM de Quilmes intervino denunciando a la empresa como una multinacional en 30 países asociada con los fondos buitre y, sin embargo, no planteó ninguna medida del gremio, que no ha parado un minuto por Visteon.

Pero la estrategia “antimperialista” sufrió otro revés. En una reunión, Tomada, Caló y la ministra Giorgi, le aceptaron a Visteon que presentara un “recurso preventivo de crisis”.

La UOM, lejos de reclamar al gobierno la apertura de los libros contables de la empresa para determinar los costos y evaluar los precios y ganancias, el movimiento con la casa matriz de la multinacional y exigir el reparto de las horas de trabajo entre la totalidad de los trabajadores, sólo aprobó darle tres meses a la empresa para que cierre.

La línea de la UOM será aceptar el cierre de la empresa y el desangre del conflicto. La organización de la fábrica, aún no maduró para ocupar la fábrica como lo han hecho los compañeros de Emfer, para no permitir ningún despido, suspensión o rebaja de las condiciones laborales o salariales.

Hay que rodear de solidaridad a las 250 familias de Visteon uniendo esta lucha con la de Emfer, Lear y Valeo. Un sector de los trabajadores de la planta ha comprendido cabalmente el papel jugado por la UOM. También un sector de delegados del gremio, quienes ven un cierre de una importante fábrica sin lucha.

J. F.