Sindicales

14/5/2018

La UOM “rompió el techo”… de la desvergüenza

El acuerdo firmado por los paritarios de la UOM establece una suba de 9% por abril y otra de 6% en julio sobre la escalas del 2017 y estipula el pase a remunerativo de $4.000 acordados en la paritaria del año pasado, lo que eleva un promedio de 2,5% la base de cálculo del acuerdo de este año. Al ser acumulativo el 15% con la nueva base el incremento real será de 18,5 por ciento si se toma solo la categoría inicial pues esos 4000 fijos disminuyen el promedio sensiblemente en las categorías superiores o donde hay actas acuerdos por empresa como ocurre en las grandes metalúrgicas. Esa es la letra fría de la paritaria de la UOM.


La verdad para los salarios metalúrgicos es otra. Sin pudor alguno, la oficina de prensa de la UOM ha mandado un comunicado de prensa señalando que “rompió el techo salarial”. 


Los sueldos de la UOM son uno de los sueldos más bajos de la industria. El inicial por hora en la UOM durante el 2017 se ubicó en 63.17, por debajo del personal doméstico (71.05), y a la par del inicial del peón en la construcción (63.78). 


Lo inmensamente grave de la paritaria de la UOM es que ya ha profundizado tanto el deterioro del salario  básico que de hecho, se ha transformado él mismo en un convenio basura.


¿Por qué? Sucede que bajo la administración de Antonio Caló, el básico ya no importa, sus reclamos paritarios parten del IMGR (Ingreso Mínimo Global de Referencia) que es un piso salarial para todos los obreros de la UOM, que estaba en $ 13.565. El reclamo “paritario” de la UOM era elevar un 27% el IMGR para poder llevarlo a $17.200 de bruto. El reclamo en sí era un infamia, por eso las cámaras patronales lo aceptaron sin paro alguno, simplemente hubo una amenaza de paro y una conciliación obligatoria sin que éste se produjera. La firma del acuerdo establece ahora que este ingreso mínimo garantizado sea de 16.800 pesos. Simplemente un sueldo de hambre. 

El agravante del acuerdo es que desde ahora las paritarias de la UOM tienen incorporado una parte de trabajo a destajo (el presentismo y la producción) que forman parte del IMGR. 


La implantación de este IMGR no solo se aplica en las pequeñas empresas metalúrgicas, también ya se aplica en las grandes. En Acindar, la mitad del los trabajadores de la UOM tienen un mínimo de referencia de miles de pesos inferior al de los efectivos.


Aun así, la homologación de este acuerdo infame puede tambalear, pues los “combativos paritarios” sí lograron que las patronales firmen que habría 700 pesos de cuota solidaria para trabajadores afiliados y no afiliados (todos los del convenio 260/75) pero si el gobierno sigue los pasos de los bancarios no admitirá que le den a la UOM la cuota solidaria de más de 150 mil trabajadores no afiliados. Aunque esto es solo una pelea de caja. 


Los metalúrgicos no recibirán nada más que el convenio de hambre. Está planteado repudiar la paritaria y firmar petitorios en las fábricas por la reapertura de la misma y el pago del aguinaldo entero, para paliar al menos una parte de la entrega de una dirección que no representa a los metalúrgicos.