Las críticas de los ex oficialistas muchas veces hay que escucharlas. Ellos tienen muchos fundamentos pues fueron durante muchos años parte de las mismas propuestas tácticas y estratégicas. La Lista Verde-Negra, ahora devenidas en furiosas opositoras, confirma un largo reclamo de la oposición combativa del gremio: la falta de democracia interna.

Los Verdes-Negro señalan la ausencia de reuniones del secretariado de la seccional, de los plenarios de secretarios generales y la ausencia de asambleas de los afiliados del gremio. Denuncian ahora una práctica que desde hace años venían realizando todos juntos: la asfixia presupuestaria a las juntas internas opositoras. Los Verde-Negro conocen bien la denuncia del “sindicato rico y juntas pobres”; ahora la tendrán que sufrir (como la sufren todas las juntas internas combativas) hasta que el gremio cambie de dirección.

Los verde-negro cayeron en la cuenta, recién ahora a pesar de que cogobiernan ATE desde 1984, de que no hay derecho a las minorías y que, como en el peor de los sindicatos de los gordos de la CGT, con el 49% de los votos no hay derecho a representación alguna.

Los verde-negro oficializan una denuncia que hicimos en Prensa Obrera: dicen que ATE se ha transformado en un “Mac Donalds gremial”. “Llegan compañeros nuevos. Se les propone armar el sector. Se les dan los carteles, la bandera, los volantes y allí marchan abandonados a su suerte, son desde ese momento concesionarios del gremio” (Volante verde -negro). Una confirmación de una práctica generalizada en el gremio: desarrollar una propaganda para “hacer que se lucha”.

Los verde-negro suman dos reclamos de antología para quienes vienen “del palo”. Han realizado dos enormes “descubrimientos”: 1) Que han perdido la Obra Social a manos de UPCN; 2) Que ATE no está integrada en la paritaria de la Ciudad y que no cuentan con un convenio colectivo de trabajo en el ámbito de la Ciudad. Si para muestra “basta un botón”, esa es la realidad de ATE en todo el país. Los “gordos” de UPCN son los que discuten los salarios, las condiciones de trabajo y la propia obra social de los trabajadores nucleados en ATE. Esto es la consecuencia de la impotencia política de una dirección que no ha sabido trazarse un camino independiente para hacer de ATE un gremio con peso entre los trabajadores del Estado.

Aunque ahora critican, los dirigentes de la Verde-Negra son parte de esta metodología de dirección. Sus principales referentes son kirchnneristas. Su críticas son una manifestación de la gran crisis en que ha entrado esa dirección. Nada tienen que hacer los luchadores con los “distintos tonos de Verde” (Verde-Negra, Verde-Blanca, Verde Federal y Verde puros). Los luchadores de ATE Capital no “descubren ahora” a esta dirección. Por eso han luchado en todos los conflictos en contra de sus métodos, tienen un programa de lucha y votan a la Multicolor, a José Piazza y a decenas de luchadores para hacer un ATE de lucha independiente del gobierno.