En diciembre del año pasado, cinco trabajadoras de McDonald’s fueron despedidas por defender la integridad de una de sus compañeras ante un hecho de violencia perpetuado por dos clientas. Ante la actitud de las trabajadoras, la patronal decidió, en primer lugar, despedirlas sin pagarles una indemnización acorde a los años de antigüedad, y, después, montar una campaña de demonización ante el resto de los empleados.

Desde Prensa Obrera hemos entrevistado a las trabajadoras: Camila Romero, de 26 años, es estudiante de Lengua y Literatura en el ISFD N°56; Eliana Mangone, de 22, trabajaba desde los 16 años en la empresa; Micaela Vera, de 27 años, es mamá de un niño de 8 años y jefa de familia; Magalí Ferrate tiene 19, y es auxiliar de enfermería y extraccionista; y Evelyn Manzato tiene 22, y es estudiante de psicología de la UBA.

¿En qué condiciones trabajaban?

Principalmente bajo presión, ya que cubríamos la labor de tres personas a la vez y éramos obligadas a hacer tareas que no nos correspondían. Por ejemplo, nos exponían constantemente a situaciones de tensión con personas que querían ingresar al baño sin consumir, es decir que la empresa tomó la decisión de que solo ingresaran al baño quienes consumieran pero la cara la poníamos nosotras. La empresa obliga a sus trabajadores a pedirle a la gente que se retire del local, generando un conflicto permanente. Esto resulta lo más difícil de aceptar ya que vulneran nuestra integridad física. Sin embargo, se suman otras cosas como la jornada laboral de tres horas y las licencias por estudio; nos descuentan el presentismo y muchas veces intentan pasarlas sin goce de sueldo. Esto sucede en muchos locales, y muchos empleados de 16 años desconocen el beneficio. Avasallan nuestros derechos como trabajadores y como estudiantes.

¿Cuál fue el rol del Sindicato frente a los despidos?

El Sindicato de Trabajadores Pasteleros, en principio, nos prometió acompañamiento, llegó a decirnos que si tocaban a una paramos el local. Luego nos dieron la espalda absolutamente. Cuando el sindicato recibió un telegrama de nuestra parte en el que pedimos ser delegadas de nuestro local, procedió a rechazarlo diciendo que no cumplíamos con los requisitos necesarios, cuando se trataba de empleadas con 7 y 9 años de antigüedad.

¿Cómo comienza la lucha por la reincorporación?

La pelea por la reincorporación a nuestros puestos laborales comenzó cuando nos enviaron un anexo avisando que estábamos suspendidas por tiempo indeterminado, para investigar el hecho. Esa investigación duró menos de 3 días. Nos enviaron entonces un telegrama de despido sin el pago de nuestra correspondiente indemnización y procedimos a enviar nuestra respuesta: que nos reincorporen a la empresa nuevamente porque no estábamos de acuerdo con el despido. Nuestra reacción fue en legítima defensa y en defensa de una compañera que estaba siendo agredida. Aun así, la empresa decidió rechazar nuestro pedido de reincorporación.

Luego de esto, comenzó una campaña en nuestra contra. Iniciaron reuniones donde convocaron a los empleados que no habían estado presentes ese día para justificar el despido y agraviar más nuestra situación; incluso nos compararon con los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa. A nosotras nos negaron la posibilidad de participar de esas reuniones, que también sirvieron para mostrarles a nuestros compañeros que en el caso de querer organizarse o defenderse la consecuencia es el despido. A partir de esta situación generada adrede por la patronal, desistimos de la idea de volver y pedimos ahora una indemnización justa.

Esta pérdida de trabajo no solo implica una pérdida material, sino que también pone en juego otros aspectos de nuestras vidas personales como la continuidad de nuestras carreras.

¿Cómo continúa esta lucha?

En medio de esta incertidumbre encontramos el acompañamiento de un sindicato en conformación, SiCoRa, que puso a disposición un equipo de abogados, periodistas y gremiales.

Nuestra lucha continúa sumando el apoyo de diferentes sectores que consideran que es importante denunciar la precarización en la juventud y defender los puestos de trabajo.

¡Basta de precarizar a la juventud! ¡Basta de despidos!

Todo el apoyo a las trabajadoras despedidas de McDonald’s.